La basílica de Sant Esteve de Olot (Girona) guarda como reliquia una pintura del Greco, 'Cristo abrazado a la cruz', que Doménikos Theotokópulos realizó hace 420 años y acabó durante la Guerra Civil en manos de una familia de la localidad catalana, que ha permitido mantener en la actualidad el patrimonio artístico del pintor español de origen griego.

La persona que mantuvo el lienzo es Natàlia Juviñà, quien en la actualidad tiene 90 años y, por aquel entonces, era una niña, cuando durmió durante los primeros años de su infancia junto a la obra, después de que su abuelo Joan y su padre Robert, junto al doctor Joaquim Danés, entonces director del museo y biblioteca del hospicio, encontraran la pintura.

"Pusieron en riesgo su integridad física y profesional en unos momentos trágicos y terminada la guerra perdieron el trabajo y el reconocimiento social que merecían", aseguró el alcalde Pep Berga en una recepción a Natàlia Juviñà en 2022: "No todo el mundo puede decir que ha dormido durante años guardando el Greco y haciendo posible que hoy la ciudad pueda admirar esta joya que tenemos la suerte de exponer en la ciudad".

Una historia en la que el abuelo de Natàlia fue esencial para preservar la obra tras esconderla debajo del colchón de su nieta. "Que dormía sobre el Greco era consciente de ello porque lo he oído decir desde siempre en casa y también porque me decían que no dejara entrar a nadie en la habitación", recordó la mujer en el acto, dedicando el homenaje a su abuelo y a su padre, quienes hicieron "todo lo que pudieron".

Este cuadro es el último de una serie con la misma temática que Doménikos Theotokópulo llevó a cabo, en el que aparece Cristo pintado a dos tercios e inspirado en otra pintura suya: 'El Expolio'. "El Greco pretende mostrarnos a la vez Cristo Dios que se sacrifica para salvar a la humanidad y Cristo Hombre con el sentimiento de miedo o angustia ante el sacrificio. Lo hace de manera muy sutil, con los ojos llorosos y una pequeña lágrima que se le cae", explican desde la basílica de Sant Esteve, donde las obras se pueden apreciar en la antigua capilla de la Inmaculada.

En este tesoro se conserva una colección de orfebrería de las más importantes de la diócesis de Girona, pintura gótica, imágenes barrocas, una lápida sinagogal del siglo XIII y la pintura del Greco, que se desconoce como llegó hasta Olot, aunque donde fue a parar permitió mantener viva una obra que cumple 420 años.

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