Valls (Tarragona) ha celebrado este fin de semana su gran fiesta de los calçots. La cebolla blanca y alargada con la que incluso una pastelería barcelonesa elabora cruasanes. Hasta 100.000 se han cocinado hoy para deleitar el paladar de los 40.000 asistentes.

La calçotada ya reunió a miles de personas en 2024 en la localidad y lo cierto es que las cifras van en aumento cada temporada. "El año pasado a esta hora no había tanta gente", nos ha recordado un vecino al que hemos entrevistado esta mañana.

Nuestra reportera Paula Pérez, de Informativos Telecinco, ha estado presente en una jornada que se organiza en el pueblo el último domingo del mes. "Vienen personas de toda España y de fuera, la calçotada une a todo el mundo", ha asegurado Josep María Rovira, presidente de la Cámara de Comercio de Valls.

"Es la manifestación gastronómica más importante de Cataluña. Miles de personas la celebran cada año porque es un ritual de fiesta y compañerismo", ha añadido acerca de cómo un producto tan típico sirve para el rencuentro entre amigos y familias.

Aunque el disfrute del calçot esté extendido por toda la comunidad autónoma, en Valls destaca porque allí goza de Indicación Geográfica Protegida (IGP). Un sello identificativo que vincula a la cebolla catalana con su cultivo en el municipio.

Este 2025, el evento se ha integrado plenamente en la celebración de Cataluña como Región Mundial de la Gastronomía. Ha sido el primer acto destacado del año en este contexto. Dando la bienvenida a la temporada de consumo del alimento.

"Era la primera vez que veníamos y nos ha gustado mucho el ambiente. Nos encantan, la verdad. Con su salsa romescu, que es muy tradicional aquí", nos ha contado una familia que ha asistido a la calçotada hoy.

Otra nos ha dicho que querían "comprobar por qué son tan famosos" los calçots de Valls. La localidad no suele tener tanto visitante en esta época del año. "Va muy bien para la promoción turística de un pueblo al que en invierno no viene nadie", nos admite un vecino.

"Soy de Argentina, vine aquí a conocer la cultura catalana, está siendo un día muy divertido", nos ha relatado una turista. Mientras que otro cree que "lo más bonito es la alegría colectiva" de una jornada así.

Para disfrutar al máximo del sabor de la cebolla asada, una joven participante en el evento nos ha explicado cómo se come: "Se coge por la parte de arriba y se pela por la de abajo para después mojarlo en la salsa".

En la 47 edición de la cita gastronómica se han hecho más de 4.000 degustaciones del producto. El programa con pasacalles y demostraciones de cocinado a la parrilla ha estado acompañado de tradicionales concursos.

Como el de cultivadores, el de elaboración de la salsa y, por supuesto, el de ver quién se comía más calçots. Lo ha logrado Adrià Wegzryn, con 195 en total, más de tres kilos. Ha sido la 13 vez que ha ganado el certamen.

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