Barcelona ha abierto al público el refugio antiaéreo de la Torre de la Sagrera, de 84 metros de largo, tras casi un siglo escondido detrás de un muro y que fue descubierto en 2014 durante unas obras de rehabilitación.
"Este refugio se encuentra en un estado muy buen de conservación, ya que, desde que fue clausurado al acabar la Guerra Civil, había pasado desapercibido", explica el Ayuntamiento de Barcelona sobre un espacio que fue construido en 1937, por iniciativa de los propios vecinos de la capital catalana.
Precisamente, lo planificaron de forma que el refugio acabara formando parte de la red del alcantarillado barcelonés. Sin embargo, al tratarse de un refugio privado, no aparece en el inventario realizado por la Junta de Defensa Pasiva del 16 de julio de 1938.
En la actualidad, el refugio conserva las estructuras originales como los bancos y las letrinas, los pozos de ventilación y la instalación eléctrica original intacta. En el caso de la torre, de estilo neoclásico, había sido la residencia del director de la fábrica textil La Española.
"Se construyó hacia el año 1937 y podría ser fruto de la influencia y presión de los delegados de la empresa colectivizada llamada United Shoe Machinery, ubicada en el edificio, donde antiguamente estaba la baldosa de Joan Arpí, que fue propietario de la Torre de la Sagrera, un edificio que le ofrecía protección suplementaria", añaden.
El refugio tenía dos accesos: uno desde el exterior y el otro desde el interior de la casa, que se ha convertido en el actual acceso al refugio. Ahora, el público puede acceder a un refugio que "había caído en el olvido desde su cierre", en unas visitas que tienen una duración de una hora y un aforo máximo de cinco personas.
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