La avería del ascensor principal para subir al tren en Vilanova i la Geltrú (Tarragona) ha impedido a Selene, una joven de 28 años con autismo y en silla de ruedas, asistir al examen oficial del curso de acceso a la universidad para mayores de 25 años. Un varapalo que le generó el pasado 8 de enero una crisis que le impide desde entonces hablar a causa del trastorno neurológico funcional (TNF) que sufre.

Este trastorno le puede causar diferentes síntomas que afectan a su movimiento corporal, los sentidos y el pensamiento. Desde convulsiones, ceguera hasta pérdida de movilidad en las piernas, por lo que Selene utiliza la silla de ruedas para trayectos largos como ir a estudiar de Tarragona a Barcelona.

Para ello, la joven depende del ascensor principal de la estación de Renfe de Vilanova para acceder al tren accesible. Sin embargo, las constantes averías del aparato le dificultan aún más su movilidad, por lo que depende de terceras personas para subir y bajar las escaleras.

El último episodio que le impidió llegar hasta el tren fue el pasado 8 de enero, cuando el ascensor estaba averiado y tanto Selene como su madre no consiguieron llegar a tiempo tras perder tiempo esperando a que el personal de seguridad les ayudase a subir a la plataforma.

"Yo no podía ayudarla porque en el brazo derecho tengo cortado un tendón y el izquierdo está a punto de cortarse. No la puedo sostener. Los de seguridad me dijeron que ellos no tenían nada que ver con eso y para la gente parece que éramos invisibles", relata Carina, su madre.

Ante esta situación, Selene optó por arrastrarse por la escaleras para subir. Pese a ello, acabó perdiendo el tren al sufrir un ataque de ansiedad, por lo que no pudo llegar a la capital catalana para hacer el examen oficial del curso de acceso a la universidad.

La familia denuncia que el ascensor no funciona desde "hace bastante tiempo". Del mismo modo que los otros dos ascensores de la estación, que ya han sido arreglados. No obstante, Selene necesita el principal para llegar al tren accesible, que está adaptado para que puedan entrar personas en silla de ruedas.

De hecho, la joven cada vez que va a Barcelona necesita salir con mucho tiempo de antelación para lograr llegar al tren. "Sale hasta cuatro horas antes para mirar directamente en la pantalla de entrada qué tren es accesible porque en la página web no aparece. Imagínate lo que supone para una persona con discapacidad querer ser independiente y no se lo ponen nada fácil", lamenta su madre.

Desde entonces, Selene está intranquila ante el episodio vivido en la estación de Vilanova y la impotencia por haberse perdido el examen, que podrá realizar el próximo 23 de enero: "Ella intenta hacer las cosas, pero la funcionalidad de su cerebro a veces se lo impide. Está nerviosa porque se le acerca la fecha y quiere que no le falle nada".

"Siempre tiene que estar dependiendo de alguien", culmina Carina, quien lamenta que la Seguridad Social no les otorgue una silla de ruedas eléctrica para facilitar su movilidad. "Le dieron otra que pesa mucho y ya no la puede manejar sola. No le dan la eléctrica porque el trastorno neurológico funcional no consta en la lista de las que tienen derecho a recibirla.

De momento, la familia seguirá luchando para que Selene cumpla sus sueños y logre estudiar Ciberseguridad, y para ello deberán asegurarse que el próximo 23 de enero pueda subirse al tren accesible y superar el mal trago vivido semanas antes en la misma estación de Vilanova, donde el ascensor principal continúa averiado.

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