"Apadrina un burro catalán". Esta es la iniciativa que una pequeña explotación familiar del Pallars Sobirà (Lleida) ha puesto en marcha para tratar de conservar una raza autóctona en peligro de extinción y promover su conservación para que perdure en el tiempo.

Para ello, han abierto una campaña para apadrinar a un burro por 25 euros, con el objetivo de ayudar con los gastos para su mantenimiento durante el año, o la aportación de 50 euros para comprar un comedero en el exterior y no se moje la hierba.

"Llevamos 20 años trabajando en la cría y entrenamiento de esta raza autóctona catalana, aún poco conocida y símbolo nacional de Cataluña, a través de la promoción y difusión, a nivel nacional e internacional, de las distintas aptitudes que tiene esta raza", explican desde el proyecto Gratitud.

Los promotores de la microrreserva del burro catalán destacan la importancia de conservar una raza que es "símbolo de la economía de subsistencia en las zonas rurales" y es "de gran valor económico hasta la aparición de la maquinaria agrícola".

Antiguamente, este animal era indispensable para las familias por su trabajo diario en el campo, además de que era "fácil de mantener debido a su capacidad para asimilar alimentos de baja calidad".

Gratitud es un proyecto impulsado por la asociación Marques de Pastor, el Consorci Leader Pirineu Occidental y por todos los voluntarios comprometidos con la recuperación y difusión del patrimonio pirenaico. Entre sus iniciativas también destaca una microrreserva de los Patamolls del Pla de Corts, pequeñas surgencias de agua subterránea de 4.000 metros cuadrados, que, junto con los prados y bosques de caducifolios de su entorno, tiene una superficie total de 4,2 hectáreas.

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