El Ayuntamiento de Barcelona ha identificado a 236 alimentadores de palomas en la capital catalana. Una práctica que se traduce en una superpoblación de este animal, con una población de 103.266 ejemplares, que quintuplica las proporciones recomendadas, informa Alejando Mendoza.

La densidad de palomas en Barcelona se estima que es entre 1.300 y 1.700 palomas por kilómetro cuadrado, generando una superpoblación de la ave urbana que comporta problemas de salud pública, suponiendo estrés entre ellas por hacinamiento o posibles peleas y facilitando la transmisión de enfermedades.

Gracias a un estudio elaborado durante el año 2024 se ha constatado la presencia de 234 grandes alimentadores, que les dan más de dos kilos de comida al día. A raíz de este dato, se ha llevado a cabo una acción de concienciación a través de informadores.

El lugar de mayor conflicto en Barcelona es en el distrito de Ciutat Vella, por lo que el consistorio ha incidido para evitar la proliferación de estas acciones.

La población de palomas puede triplicarse o cuadriplicarse  como consecuencia de un exceso de alimentación. Reducir el alimento antropogénico es sólo una de las acciones para llevar a cabo un control efectivo de la superpoblación de palomas.

La estrategia municipal consiste en otras dos líneas de trabajo destinadas a reducir la fertilidad de las palomas a través de la comida, con métodos anticonceptivos con nicarbacina, y dificultar su nidificación .

También, el ahuyentamiento de palomas a partir de la cetrería se está llevando a cabo por medio de una prueba piloto en los entornos del Camp Nou, como una herramienta disuasoria puntual que emula la existencia de un depredador en la zona para evitar que bandadas de palomas se establezcan en ciertos espacios.

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