El servicio de información y atención a las mujeres (SIAD) ha atendido a 17.452 mujeres este año en Cataluña, donde establecimientos de proximidad, equipamientos municipales y otros espacios de diferentes municipios se agrupan en una red de espacios seguros contra las violencias machistas. Es el caso de la farmacia Vilamala en Esplugues de Llobregat (Barcelona), que cuenta con dos protocolos para dotar de confianza a las mujeres que sufren una situación de violencia de género.
Desde esta farmacia asesoran a las mujeres y detectan situaciones de violencia machista. Por un lado, el establecimiento activa el protocolo si presencian casos de violencia de género o, por otro, la mujer puede acudir al lugar para verbalizar su problema. De este modo, la derivan a los servicios sanitarios o espacios de información.
En los casos más graves, la farmacia llama directamente a la Policía y en los menos graves les asesora y deriva a centros sanitarios o de información. "La farmacia es un espacio de confianza", destaca Griselda, titular de la farmacia Vilamala, donde todos se conocen entre todos y, aunque esperan no tener que activar mucho el protocolo, creen que puede ser una forma accesible de estar a disposición de quien lo necesite.
Cada uno de los “espacios seguros” se identifica con un adhesivo y cuenta con una persona de referencia que ha recibido una formación previa. Estas personas de referencia detectan situaciones de violencia machista que puedan pasar o presenciar desde estos espacios o que puedan conocer gracias al vínculo con la clientela o personas usuarias.
El objetivo general es ampliar el alcance del abordaje de las violencias machistas en el municipio, gracias a la implicación comunitaria en su prevención, detección y derivación a los servicios especializados.
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