El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha puesto en funcionamiento cuatro radares de nueva generación, conocidos como radares en remolque o 'carros radar', para combatir la dispersión en la siniestralidad en la red viaria.
Estos dispositivos destacan por su autonomía y movilidad, así como también respecto a la detección de los vehículos y posterior gestión de la infracción. Se trata de radares fijos que se pueden desplazar a voluntad a cualquier punto de la red viaria; no requieren conexión eléctrica y pueden dejarse instalados varios días.
Los cinemómetros utilizan tecnología láser, por lo que pueden realizar un seguimiento dinámico del vehículo durante unos metros y determinar su velocidad. Además, pueden detectarse el exceso de velocidad en varios carriles y, al trabajar con conexión a internet, permite gestionar de forma inmediata el expediente correspondiente a la infracción y posibilita a la vez que no sea necesaria la presencia de un agente de tráfico.
Con la movilidad y la autonomía que caracterizan a estos cinemómetros, el Servei Català de Trànsit podrá controlar el exceso de velocidad en cualquier vía y, de este modo, cubrir más territorio para frenar la dispersión actual de la accidentalidad, ya no se concentran únicamente en unas pocas vías, sino que tienen lugar tanto en vías rápidas como en carreteras comarcales y locales.
Para determinar en qué puntos se situarán los 'carros radar', han elaborado un estudio en el que se ha analizado los puntos donde se concentra mayor siniestralidad y que servirá para elegir las ubicaciones. Sin embargo, estos cinemómetros móviles se situarán de forma segura al margen de la carretera, serán visibles para los conductores.
Con las baterías que incorporan estos aparatos, pueden dejarse hasta una semana sin necesidad de recargarlos y se han construido con un armazón a prueba de vandalismos.
La finalidad de estos nuevos radares es reducir la siniestralidad en las carreteras catalanas, un objetivo que se traduce en este decenio 2020-2030 al reducir al 50% las víctimas mortales por accidente de tráfico. De hecho, en los tramos donde el Servei Català de Trànsit ha instalado un cinemómetro, la siniestralidad ha descendido entre el 65% y el 80%.
Esta nueva generación de radares permitirá trasladar a demanda el control de la velocidad a cualquier carretera, sin las limitaciones de los radares que necesitan conexión a la red eléctrica para su funcionamiento. Los primeros dos radares en remolque se colocarán inicialmente en la C-31 y en la AP-7.
El primero de ellos será el de la C-31, se activará durante el día de hoy y empezará a sancionar. Se ubicará en el punto kilométrico 196 (Bellvitge), en sentido Castelldefels, un punto que registra habitualmente una elevada accidentalidad. El segundo carro radar se pondrá en marcha mañana, concretamente en el punto kilométrico 141 de la AP-7 (Santa Perpetua de Mogoda), en sentido Tarragona, donde también se concentra un alto número de siniestros.
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