El desahucio a Montserrat, la superviviente de cáncer tras medio siglo en su piso de Barcelona: "Me echarán a la fuerza"

Montserrat Llinares es una superviviente de cáncer que, a sus 75 años, afronta un desahucio en el piso donde vive en el barrio de Sants de Barcelona desde hace medio siglo. La mujer tenía el piso completamente pagado cuando en el año 2000 lo puso como aval con el Banco Sabadell, para ayudar a su hijo con una parada de bacalao en el mercado que cerró poco después por las deudas.

Desde entonces, Montserrat ha pagado un alquiler mensual de 575 euros al banco, que se quedó con su piso y vendió en 2022 a Promontoria Coliseum, quien decidió no renovar su contrato de alquiler, por lo que la situación derivó en una orden de desahucio que se ha pospuesto hasta el 11 de diciembre.

"No voy a entregar las llaves. Me tendrán que echar a la fuerza", explica Montserrat, superviviente de cáncer de mama desde hace nueve años. "Nunca me he negado a pagar. Lo he hecho siempre. ¿Dónde me voy si no tengo nada? No me puedo ir muy lejos porque tengo los médicos en el Hospital Clínic", lamenta la vecina de la capital catalana.

Hasta 800 euros puedo pagar, más no porque se me va la jubilación

Para ella, la solución pasa por un nuevo contrato de alquiler. "Hasta 800 euros puedo pagar, más no porque se me va la jubilación. Es horrible esto. Tengo miedo", admite la mujer, quien afrontó el pasado 3 de octubre un intento de lanzamiento que no se llegó a efectuar.

Lanzamiento previsto para diciembre

"Si no pueden pararlo, no sé donde iré. Después de tantos años y a la calle. Me dijeron que me quedaría hasta que muera, pero no hay nada escrito", añade Montserrat, que sigue luchando para seguir en el piso donde lleva casi medio siglo: "49 años de mi vida en cajas".

La mujer sigue a la espera de que le puedan dar una vivienda social con un alquiler, aunque puede tardar seis meses y el lanzamiento de su piso está previsto para diciembre. "Si me puedo ir, me iré del país. Lo tengo claro", admite la mujer sobre una opción que baraja, aunque espera poder evitar el desahucio y seguir en la vivienda donde ha pasado toda su vida: "Que me saquen a la fuerza. No me voy a ir".

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha confirmado que los servicios sociales están haciendo seguimiento del caso y se ha vuelto a pedir a la propiedad, un gran tenedor, que ofrezca un alquiler asequible y la suspensión del lanzamiento. Paralelamente, se ha hecho una inscripción al Registro de solicitantes de vivienda con protección oficial de Barcelona y a la Bolsa de viviendas de alquiler, que está en trámite.

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