Ariadna lleva cuatro años luchando para que se reconozca la identidad de su hijo Noé, quien no llegó a conocer a su padre al fallecer por muerte súbita cuando él aún estaba en el vientre de su madre. Esta pérdida dejó a la mujer de Seva (Barcelona) un dolor que afrontó antes de dar a luz a su pequeño, y que fue en aumento tras nacer al no poder inscribir los apellidos de su pareja en el Registro Civil al no estar casados ni constar como pareja de hecho, además de no tener ningún documento que acreditase su paternidad. Así lo cuentan en el vídeo S. Guzmán y A. López.
Desde entonces, Ariadna lucha para confirmar que Noé es hijo de su pareja difunta. "Aún no lleva el apellido del padre. Estoy pidiendo que se solucione la paternidad del niño cuando hay una serie de pruebas que le hicieron al padre. Es un trámite fácil de resolver y no hay manera. Han pasado cuatro años y sigo pidiendo el resultado", explica la madre en una entrevista a Informativos Telecinco.
Un proceso en el que las pruebas del ADN de la autopsia, los análisis toxicológicos y el ADN del pequeño, la madre y la hermana del difunto no ha sido suficiente para que el niño ya lleve el apellido del padre: "Lo que pido es la identidad de mi hijo. Que mi hijo se llame como debe llamarse".
Esta espera lastra a diario a Ariadna. "El machaque emocional y psicológico que he sufrido no lo sabe nadie. Es inmoral. Incluso al año de cumplirse la muerte de mi pareja me pidieron en tres ocasiones la exhumación del cadáver cuando hay todos los ADN más su autopsia. No suficiente con esto, nos pidieron restos biológicos que pudiera tener en casa", añade la mujer, "desesperada, cansada y desilusionada".
Pese a este calvario, Ariadna sigue luchando para que reconozcan la identidad de su hijo y que tenga derecho a cobrar la pensión de orfandad. "No espero nada de nadie, cuando todo lo que te piden lo entregas y lo único que obtienes es silencio o que te den largas, ya no puedes más. Emocionalmente, es indignante".
Desde que nació Noé, ella no ha dudado en hacerle saber quién es su padre. "Tiene contacto con la familia. Este niño tiene un padre, aunque esté muerto y no lo haya conocido. Hay fotos suyas en casa. Ahora que tiene cuatro años empieza a hacerse preguntas. Pero sabe perfectamente quién es su padre y cómo se llama. De momento es un niño feliz, he conseguido que todo esto le afecte lo menos posible".
Para Ricard Farré, su abogado, el caso de Ariadna es "muy doloroso", al tratarse de un proceso de jurisdicción voluntaria para confirmar la paternidad del niño, en el que se incluye el juzgado, el Instituto Nacional de Toxicologia y el Instituto de Medicina Legal de la capital cata. Una lucha de cuatro años que no cesarán hasta que Ariadna logré que Noé lleve el apellido de su padre difunto.
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