De la polémica en el cementerio de Almenar (Lleida) pasamos otra que se ha destapado recientemente en la localidad de Sant Vicenç de Montalt (Barcelona), según informa Alma Trabajos. Una familia de allí no ha podido enterrar a su padre porque se encontraron el nicho ocupado.
Así lo dio a conocer ayer el periódico La Vanguardia, explicando lo que había sucedido en este caso que ha provocado indignación. Al menos, entre los seres queridos del difunto, quienes tuvieron que incinerar el cuerpo.
Entre el dolor por la pérdida del hombre, se toparon con el problema a sólo siete horas de darle sepultura en el cementerio. Resultó que ya había un ataúd en el hueco que debía estar vacío. Pues desconocían por completo de quién era ese féretro.
Esta curiosa circunstancia tuvo lugar a mitad de septiembre. Ese nicho lo había comprado en 1998 el matrimonio formado por el ya fallecido y su mujer. Desde entonces, han estado pagando las tasas municipales correspondientes para mantenerlo.
Sin embargo, sus hijos se encontraron con la sorprendente noticia de que no estaba libre. La funeraria les alertó e inmediatamente dieron el aviso a las autoridades locales. Pedían una solución para proceder al enterramiento. Pero no la obtuvieron.
Después de efectuar un trámite en las oficinas del ayuntamiento de esta pequeña localidad del Maresme, recibieron la respuesta a los cinco días. Ahí supieron que el cadáver era de un fallecido en 1993.
El consistorio les comunicó que podía haberse cometido un error registral, cuando el camposanto fue traspasado a la administración pública. Ya que hace 24 años pertenecía a la iglesia. La familia solicitó reunirse con el alcalde Javier Sandoval.
"Nos dijeron que desconocían que había pasado, ya que nuestro nicho consta como vacío", expresó en declaraciones al citado diario. Esa información no les cuadraba con el dato que les habían trasmitido antes de la identidad del finado.
"¿Cómo sabían entonces que esa persona estaba ahí dentro?", se preguntan los familiares. Días después, también se enteraron de que había otro esqueleto humano enterrado en el mismo lugar. Sin que hayan localizado a sus parientes.
Ante el suceso, los afectados quieren que se descubra la causa de la ocupación. Incluso han manifestado "el sospechoso oscurantismo" que se han encontrado por parte del gobierno local. Ya que sus miembros les pidieron "no hacer público el caso".
Tras difundirse, el regidor de Sant Vicenç de Montalt declaró también a La Vanguardia que va a "llegar hasta el final del asunto". De hecho, ha ordenado que se abra una investigación para averiguar si existen más nichos ocupados.
De todos esos que figuran como libres y sin lápida, que son unos 60 en el cementerio. Sandoval trasladó sus disculpas, pero no ha tomado ninguna medida legal. Al menos, hasta que se sepa qué pudo ocurrir.
La familia perjudicada sí que le exige que lleve los hechos a la justicia. Por si se ha podido cometer un presunto fraude en la gestión del camposanto. Mientras tanto, introducirán los restos de su padre cuando el hueco quede liberado.
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