Angela Dobrowolski, condenada a cuatro años y medio de cárcel por lesiones a Josep Maria Mainat con insulina

La sección 20 de la Audiencia de Barcelona ha condenado a cuatro años años y medio de prisión a Angela Dobrowolski, exmujer del productor de televisión Josep Maria Mainat, por causarle lesiones con insulina, y descarta el delito de asesinato.

Así se lo ha notificado a Dobrowolski la secretaria de la sección este lunes a las 10 horas, después de que la trasladaran a la Audiencia de Barcelona desde la prisión de Brians 1. Mainat también ha estado presente durante la notificación de la sentencia con su abogada, Olga Tubau.

El tribunal ha declarado que queda probado que el 22 de junio de 2022 le inyectó insulina "con la finalidad de causar su muerte", pero consideran que, al haber llamado al Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) a tiempo, tuvo "arrepentimiento espontáneo". En ese sentido, la Sala exhime a Dobrowolski de la pena de asesinato y la condena por un delito de lesiones.

La sentencia también le prohíbe acercarse a menos de mil metros de su exmarido, así como de su domicilio, de su lugar de trabajo o de cualquier otro lugar frecuentado por él durante 8 años y 6 meses una vez cumplida la pena privativa de libertad.

El tribunal no le aplica ninguna atenuante, como pedía su abogado, pues no ha quedado probado que en el momento de los hechos estuviese bajo la influencia del consumo de estupefacientes y, pese a que presenta rasgos de personalidad desadaptativos, "no afecta a sus capacidades volitivas e intelectivas, teniéndolas conservadas en el momento en que inyectó la insulina a su esposo".

Versión desvirtuada

El tribunal la ha absuelto del delito de encubrimiento y revelación de secretos por el que inicialmente también estaba acusada, puesto que Mainat la perdonó durante el juicio oral, aunque la sentencia recoge que, si bien la acusada manifestó que no hubo espionaje sobre la herencia del productor, "su versión ha quedado desvirtuada".

"Fuera cual fuera su finalidad, ha quedado probado que entró sin consentimiento en la cuenta de correo de su esposo y se reenvió a su propio correo varios emails con documentos que habían sido mantenidos entre Josep Ma M. y los abogados que llevaban el tema sucesorio de la herencia y el tema del divorcio".

Dolo "directo de matar"

Esa noche, cuando Mainat estaba profundamente dormido, Dobrowoski lo despertó "diciéndole engañosamente que le iba a inyectar la hormona del crecimiento y el fármaco Saxenda para adelgazar", pero en su lugar le suministró una combinación de insulina rápida y retardada.

El suministro de esta sustancia tenía la capacidad de provocarle una hipoglucemia grave con coma hipoglucémico y de causarle la muerte o, en el mejor de los casos, de causarle daños neuronales irreversibles.

Dobrowolski lo sabía, "no sólo porque si hubiera actuado inocentemente no hubiera sido necesario que le hubiera manifestado a su esposo falsamente que lo que le inyectaba era la hormona del crecimiento y Saxenda para adelgazar, sino fundamentalmente por sus estudios de medicina", pues se encontraba en su sexto curso.

Por lo tanto, si bien la sentencia recoge que hubo un ánimo homicida, pues la finalidad era acabar con la vida de su marido y actuó "con dolo directo de matar", el tribunal ha valorado que desistiera voluntariamente de su propósito y la exonera de la responsabilidad por intento de asesinato.

Mainat celebra la sentencia

Mainat ha recibido la notificación de la sentencia acompañado de su abogada, Olga Tubau, y tras conocer el fallo se ha mostrado "contento" con la sentencia porque, en sus palabras, se ha reconocido que el intento de asesinato existió.

En relación a los años de condena, Mainat ha dicho que no le hace "ni feliz ni no feliz" que no la hayan condenado a 13 años --como pedían el fiscal y su abogada, Olga Tubau-- y que la sentencia sea de 4 años y medio, si así lo estipula la ley.

La sentencia reconoce que Mainat "nada pudo hacer, ni prever, es decir, ninguna reacción defensiva pudo adoptar cuando su esposa le despertó diciéndole falsamente que le inyectaba la hormona del crecimiento (él la tomaba en el tratamiento antiaging) y un fármaco para adelgazar aunque nunca lo había tomado".

Utiliza el término de "alevosía convivencial o doméstica", pues la víctima, en este caso Mainat, estaba en un estado de especial relajación al encontrarse resguardado en su hogar, acompañado de una persona con la que mantenía una relación afectiva de pareja basada en la confianza, por lo que no pudo prever el ataque ni se activó ningún mecanismo de alerta.

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