La turismofobia inunda Barcelona: proliferan los grafitis y mensajes contra los turistas

Los datos sobre la percepción del turismo internacional confirman el hartazgo de tantos visitantes. Para el 30% de los españoles hay demasiados turistas en nuestro país, frente al 18 o 16 de Francia a Italia. Algo menos del 30% lo ve como algo negativo, pero esa cifra se dispara al 45% sobre los turistas que alquilan un piso vacacional. Cataluña es una de las comunidades donde más ha crecido el fenómeno de la turismofobia. Una información del periodista Alberto García.

Los grafitis y carteles contra los turistas son la prueba más evidente de que los visitantes no son bienvenidos en Barcelona, donde proliferan por paredes y muros.

Un colegio internacional ubicado en la Ciudad Condal es objeto de pintadas un día sí y otro también. Ahora se plantean denunciar por delitos de odio.

No es la primera vez que la escuela aparece con pintadas instándolos a irse de la ciudad, según cuentan sus responsables, porque ya ha ocurrido en el pasado y ahora se plantean denunciarlo ante el Ayuntamiento. El problema es que no son los únicos: el rechazo al turista parece generalizado.

Al pasear por este barrio de Gracia, de Barcelona las pintadas contra los turistas abundan y los vecinos no están de acuerdos con los mensajes, pero sí con el fondo. Todos los entrevistados coinciden en que hay que limitar la llegada masiva de turistas.

Uno de los responsables del centro educativo internacional que ha decidido denunciar las pintadas no se cierra a buscar soluciones dialogadas. "Tenemos la puerta abierta para hablar y, con respeto, encontrar una solución", asegura.

Los vecinos critican el jaleo y el alboroto de los visitantes que no siempre respetan la convivencia con los residentes: "Los jóvenes gritan mucho por la noche, entiendo que haya gente que ya está harta", dice uno de los que cada día soporta las consecuencias del turismo masivo en Barcelona.

"Los mensajes contra turistas" para que estas personas se vayan pueden constituir "delito de odio"

El abogado, Pablo de Palacios, entrevistado por Informativos Telecinco, ha explicado los límites entre la protesta y el delito. El rechazo a los turistas "sería algo totalmente lícito y lógico que entra dentro de la esfera de cada uno, esfera personal y que no constituye delito, aclara.

"Y otra, los mensajes contra turistas y extranjeros. Realizar actos precisamente para alterar esa paz y para conseguir que estas personas se vayan, eso sería lo que constituiría el delito de odio.

Los vecinos también se están organizando y han reclamado al Ayuntamiento de Barcelona una regulación del turismo masivo, porque que "haya turismo en la ciudad para nosotros es positivo", ha asegurado Pepe Mariné, responsable de la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona.

"El problema es cuando este turismo es excesivo" y entonces ese "equilibrio" es "difícil".

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