El Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha incorporado una biblioteca de la UCI del Servicio de Neonatología que promueve la lectura de las familias a los bebés para estimular las conexiones neuronales y el neurodesarrollo.
"Más vocabulario a los tres años equivale a mejores resultados académicos y una mejor salud en la edad adulta", destaca el centro hospitalario catalán sobre una iniciativa que permite a los padres leer cuentos a sus bebés prematuros para "salvar la brecha sociocultural".
Una de las personas que ha probado el nuevo servicio es Noelia Soler, madre de Amanda, que nació con 24 semanas y media. Los libros le han ayudado a "conectar" con su bebé, convirtiéndose en un "pasatiempos" que realiza "en un proceso largo" desde el centro hospitalario:"Intento coger cuentos cortos y con valores. Noto que está más relajada".
Los primeros libros de la biblioteca llegaron el pasado 23 de abril, coincidiendo con el día de Sant Jordi y el Día internacional del Libro, que conmemora las muertes de Miguel de Cervantes y William Shakespeare. "Estos primeros libros eran obras más ligeras que “El Quijote” o “Hamlet”, destaca Raquel Rodríguez, supervisora del Servicio de Neonatología.
“Si bien, los cuentos de toda la vida, que tienen un texto con introducción, nudo y desenlace, con los que los progenitores puedan estar un ratito leyendo mientras piel con piel, son ideales, un libro más largo, un poemario o un reportaje periodístico también sirve, lo que nos interesa es leer a los bebés”, añaden desde el Hospital Vall d'Hebron.
El estudio del impacto de la lectura en bebés prematuros destaca que además de reducir la ansiedad y afianzar el vínculo con los progenitores, estimula significativamente su desarrollo neurológico. Hasta los tres años, la lectura compartida enriquece el lenguaje, incentiva las conexiones neuronales, y mejora la atención y la memoria.
Cuando un bebé nace prematuro, se pone en riesgo su desarrollo normal y deben aplicarse todas las medidas que favorecen un adecuado neurodesarrollo. La lectura es una de ellas.
"La lectura beneficia el neurodesarrollo de los bebés.El cerebro, para desarrollarse, necesita un entorno y estímulos adecuados. En el útero, el bebé recibe la voz de la madre y de la gente con la que habla, de forma atenuada, pero la prematuridad rompe estos estímulos. En una incubadora oyen otros sonidos, hay más silbidos y silencios, que podemos compensar con la lectura”, explica la Dra. Fátima Camba.
Los bebés de una familia con un nivel socioeconómico medio-alto sienten una media de 2.000 palabras la hora y los de una familia con un nivel socioeconómico bajo, 600 palabras. Esto se traduce en que a los tres años, según algunos autores, los primeros habrán oído cerca de 20 millones de palabras más que los segundos.
De este modo, los niños que a los tres años tienen un vocabulario más rico, activan más conexiones neuronales y obtienen mejores resultados académicos en la escuela. Pero esta secuencia no termina aquí, los niños que obtienen mejores resultados académicos tendrán mejor salud de adultos.
“Si más lenguaje a los 3 años se asocia a más nivel educativo y más nivel educativo, a mejor salud, ¿a qué estamos esperando? ¡Leamos!”", culmina la Dra. Fátima Camba, adjunta del Servicio de Neonatología, sobre una filosofía que dio vida la biblioteca de la Unidad de Cuidados Intensivos del Servicio de Neonatología de Vall d'Hebron.
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