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Una juez de Barcelona ha decidido mantener paralizada la aplicación de la eutanasia a una joven de 23 años tras declararse incompetente, por lo que se ha inhibido a favor del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para que tome la decisión definitiva sobre el caso. Informan Sonia Belmonte, C, Larrosa, A. Lópes y P. Pérez.
La magistrada mantendrá la suspensión cautelar a la espera de la sentencia definitiva tras la vista realizada este miércoles en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 12 de Barcelona, donde todo parecía indicar que se tomaría la decisión sobre la autorización de la eutanasia de la joven cuyo padre logró paralizar el proceso, que estaba previsto para el viernes pasado, asegurando que sufre trastornos mentales que “afectarían a la capacidad para tomar una decisión libre".
La Fundación Española de Abogados Cristianos pidió la cautelarísima porque la joven escribió una carta el 29 de julio "pidiendo retrasar la eutanasia porque tenía dudas", si bien la chica manifestó al día siguiente que quería seguir adelante con el proceso. De este modo, la jueza aceptó la petición para frenarla.
La mujer padece trastorno límite de la personalidad y trastorno obsesivo compulsivo, añadiendo que padece una enfermedad mental con ideación suicida, ideas paranoides y trastorno bipolar. También carece de movilidad completa en las piernas por una lesión medular que se produjo tras un intento de suicido en 2022 por un hecho traumático que vivió en el pasado.
En un momento determinado, con rehabilitación, la joven llegó a andar con la ayuda de muletas y la Asociación de Abogados Cristianos, que representa al padre, asegura que ahora está en un momento de crisis fruto de su trastorno mental, por lo que consideran que el proceso debe pararse porque no está en plenas facultades para decidir.
Un segundo juzgado catalán ya estudió la semana pasada paralizar la eutanasia de la joven tras la denuncia realizada por amigas de la joven, en la que solicitaban parar su muerte asistida.
En la petición coinciden con los argumentos expresados por el padre, añadiendo así fuerza a su reclamo de parar la eutanasia, señalando que “debido al trastorno bipolar que padece”, la joven “puede sostener opiniones contradictorias en escaso margen de tiempo, no siendo capaz de tomar libremente una decisión de poner fin a su vida”.
La denuncia sostiene que “su decisión no es individual, madura y genuina, como exige el artículo 4 apartado 3º de la Indicada Ley (que regula la eutanasia)”. Por ello, recalcan que “su consentimiento está viciado” y van más allá asegurando que “atraviesa un estado de confusión que la incapacita para tomar la expresada decisión, y para deliberar adecuadamente”.
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