La militancia de ERC ha avalado por los pelos el preacuerdo con el PSC para la investidura del socialista Salvador Illa, pero aún quedan un puñado de incógnitas por despejar en el camino hacia la presidencia de la Generalitat.
Estas son las claves que entrarán en juego en los próximos días:
El primer trámite preceptivo consiste en que el presidente del Parlament, Josep Rull, abra una nueva ronda de consultas con los líderes parlamentarios, que podría tener lugar el próximo lunes, con reuniones presenciales o telefónicas, para constatar que Illa, ahora sí, dispone de apoyos suficientes para ser investido.
Rull podría convocar para el martes una reunión de la Mesa de la Diputación Permanente del Parlament, órgano operativo durante las vacaciones veraniegas, que tendría que fijar la fecha y el formato de un pleno de investidura que podría celebrarse el miércoles 7 de agosto o alguno de los días posteriores.
Tras los dos acuerdos de investidura sellados esta semana, Illa se ha garantizado el apoyo de los seis diputados de Comuns y, teóricamente, también de los 20 de ERC, que, sumados a los 42 del PSC, le garantizan justo los 68 votos que necesita sobre el total de 135, pero es una mayoría absoluta tan ajustada que un solo error o la indisciplina de un diputado podría echarlo todo al traste.
Y ahí está la duda: Jovent Republicà, la organización juvenil de ERC, decidirá en una reunión extraordinaria de su consell nacional si su diputada en el Parlament, Mar Bessas, vota a favor de Illa o desoye el resultado de la consulta y se posiciona en contra o se abstiene, lo que podría frustrar la investidura.
Durante más de seis años, Carles Puigdemont ha evitado a toda costa precipitar su regreso para no ser detenido y encarcelado por las autoridades españolas, pero en la campaña de las elecciones del 12 de mayo se comprometió a volver a Cataluña para asistir al primer debate de investidura y, según todas las fuentes de su entorno consultadas por EFE, ese sigue siendo su plan irrevocable.
"Cuando toma una decisión, es muy difícil que se eche atrás. Es tozudo. Ha decidido volver ahora y así lo hará", subrayan fuentes cercanas al expresidente de la Generalitat, que planea regresar para el debate de investidura, partiendo en comitiva desde el sur de Francia acompañado de una gran movilización de fieles, mientras la ANC, muy contraria a Illa, ya lleva días emplazando a sus socios a estar listos para una convocatoria de urgencia si hay investidura.
La orden de detención nacional que pesa sobre Puigdemont por el 'procés' hace más que probable que, en su regreso a Cataluña, sea detenido, un escenario que abriría la puerta a una suspensión del pleno de investidura, teniendo en cuenta que uno de los diputados del Parlament estaría arrestado.
En ese caso, la investidura quedaría en el aire, pendiente de si vuelve a fijarse una fecha para el pleno y a expensas de que ERC decida mantener o no su voto a favor de Illa aunque Puigdemont se encuentre en prisión preventiva y con posibles movilizaciones en la calle.
Convocar el pleno para la semana que viene permite disponer de cierto margen de maniobra temporal, ya que el plazo límite para investir a un nuevo presidente catalán -y evitar así una repetición electoral- expira el 26 de agosto.
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