Los dueños de Lua se reencuentran con su perra tras cuatro años perdida: "Pasa de hija única a familia numerosa"
Nuria y Ángel estuvieron un mes y medio buscando a Lua tras perderla durante unas vacaciones de verano en Andorra en 2020
La pareja ahora tiene una niña de dos años y dos perras más, que conocerán a Lua tras encontrarla en Perpignan, Francia
La llamada de una protectora les ha permitido recuperar a su querida perra: "La familia se vuelve a completar"
"Era más fácil pensar que Lua había muerto a que estuviese perdida". Este es el calvario que ha sufrido Nuria y Ángel tras la desaparición de su perra durante unas vacaciones de verano en Andorra el 5 de agosto de 2020. Aquel día les cambió la vida y, tras los intentos poco exitosos para encontrarla, la pareja de Madrid se vio obligada a seguir adelante sin conocer el paradero de su mascota hasta el pasado miércoles, cuando una llamada desde Perpignan (Francia) cerró un capítulo de cuatro años de angustia.
"Cuando tienes un perro esperas que se muera antes que tú. Es obvio y es lógico. Pero cuando se pierde nunca acabas de cerrar ese ciclo. Siempre la sigues buscando por mucho que hayan pasado cuatro años", admite Nuria en una entrevista a Informativos Telecinco sobre el sufrimiento vivido desde que Lua desapareció tras asustarse.
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La pareja disfrutaba de las vacaciones cuando en un momento dado, la perra se asustó tras cruzarse con un corredor. "Siempre ha sido muy asustadiza. No se dejaba coger y tocar por nadie. Yo creo que eso fue uno de los problemas por los que no se le ha podido coger hasta ahora".
Un mes y medio buscándola
En ese momento, trataron de perseguirla sin éxito y la perdieron de vista. Una situación en la que Nuria y Ángel no daban por perdida a su mascota, por lo que trataron de encontrarla durante un mes y medio por Andorra: "Hicimos de todo. Desde contactar con un chico que tenía un dron profesional para buscarla por el monte, coger un helicóptero o empapelar Andorra de carteles".
Los vecinos de la zona también se volcaron en su causa. "Hicieron grupos de WhatsApp y un montón de redadas. Gente que tenía perro y se dedicaba a búsqueda de personas. Fue la leche lo que la gente hizo. A día de hoy me sigo sorprendiendo lo que la gente se volcó con nosotros sin conocernos para buscar a un perro".
No puedes paralizar tu vida
Sin embargo, el esfuerzo incesante no sirvió para dar con su querida perra de raza eurasier. "Bajamos a Madrid por motivos de trabajo. No puedes paralizar tu vida al cien por cien durante el tiempo que esté perdida. Subíamos de vez en cuando hasta que no pudimos más", admite la pareja sobre un viaje del que no esperaban volver sin parte de su familia.
Adaptarse a su nueva vida sin ella fue un jarro de agua fría. Aún más en plena pandemia. "Volver a casa, ver su cama y que no estuviese fue bastante duro. Mentalmente, para mí era más fácil pensar que había muerto que darle vueltas a dónde estaba o si estaba perdida. Te pones a pensar en lo peor. Al final llegas a casa, te das de bruces con la realidad y tienes que continuar trabajando".
La llamada que les cambió la vida
La llamada desde Perpignan (Francia), el pasado miércoles, dejo inéditos a la pareja "Escanearon su chip y se pusieron en contacto con las autoridades españolas. Lua estaba en una protectora y el fin de semana fuimos a buscarla. Pagamos el rescate de 97 míseros euros. Según nos abrieron la puerta, mi pareja y yo lloramos amargamente.Lua nos miraba, se sentó al lado nuestro con cara de ‘me sonáis’".
En ese momento, la perra empezó a mover la cola y la familia volvió a España reunida tras cerrar un capítulo de cuatro años de sufrimiento. "Abrimos el maletero del coche y se subió sin problema. Nos conoció. Al llegar a casa por la noche se fue al salón, dio muchas vueltas y se puso encima de mí. Sabe dónde está y se acuerda", reconoce una familia, que desde que se fue Lua ha seguido creciendo.
Familia numerosa
"Ahora tenemos dos perras más y una hija de dos años. Ella era como hija única cuando se perdió y ahora cuando hagamos el reencuentro seremos familia numerosa", destaca Nuria sobre una nueva realidad en la que de momento Lua no conoce a sus nuevas compañeras de vida.
"Todavía no las hemos juntado. Estamos a la espera de saber si puede haber enfermedades infecciosas. Cuando tienes un perro bien cuidado no tiene peligro, pero después de cuatro años que no sabemos que ha comido nos recomendaron hacer unos análisis más exhaustivos. Por 15 días más de espera no pasa nada", añade la familia.
Su hija Martina tiene apenas dos años y está deseando conocer a Lua: "Le habíamos hablado de ella. Está como loca por verla". Ahora falta por ver cómo reaccionará la perra tras ver que no es la única persona en casa junto a Nuria y Ángel. "Lua no sé si estará tan contenta. Pasa de ser hija única a familia numerosa. Es un cambio bastante grande. Nosotros tenemos ganas de tener a las tres perras en casa y estar tranquilas. La familia vuelve a completarse".
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