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Compartir aula y entrenamientos, tras acabar las clases, ha llevado a un grupo de jóvenes del Institut Escola La Mina a ser el mejor equipo de fútbol sala escolar de Cataluña. Un reconocimiento deportivo, que pone en valor la calidad de los alevines tras imponerse al FC Barcelona en la final, y también educativo como motivo de orgullo para el barrio catalán, la comunidad gitana y la lucha contra el absentismo escolar.
El centro ubicado en Sant Adrià del Besòs (Barcelona) creó el equipo de fútbol hace más de tres cursos. Una actividad que ha generado un vínculo educativo, donde los alumnos deben asistir a clase para poder entrenar. "Hemos relacionado la escuela a las extraescolares. Cualquier alumno que quiera practicar la actividad primero tiene que cumplir la premisa de venir cada día al colegio y tener un buen comportamiento", explica Gerard Llagaria, profesor del Institut Escola La Mina.
El propio Gerard es el tutor de los jóvenes a los que por la tarde entrena: "Es una educación a tiempo completo". De este modo, la iniciativa incentiva al alumnado a "ver el colegio como su casa y crear vínculos y hábitos saludables". Un equipo de fútbol que va más allá del deporte al "generar sentido de pertenencia" con una unión entre los protagonistas, sus familias y el colegio.
Este proyecto se ha convertido en un orgullo para el barrio, que cuenta con el mejor equipo de fútbol sala escolar de categoría alevín masculino. "Lograr ganar la final a una escuela del Barça nos da ese punto de David contra Goliat. Es una satisfacción muy grande, sobre todo para los niños y el comportamiento y valores que demuestran cada partido", añade el entrenador.
El orgullo por la camiseta que defendían empezó antes del partido. En la charla previa al partido hablamos de que el escudo del Barça es el mejor del mundo, pero nosotros llevábamos otros y defendíamos nuestro barrio, familias, escuela y compañeros. No dejaban de ser niños, en una pista somos cinco contra cinco y lo único que había que hacer era darlo todo. Luego, el resultado ya dictaminaría".
Con el pitido final, la alegría invadió los corazones de las familias y niños del IE La Mina. "Es la victoria más importante que conseguiremos. Quedará para siempre", recuerda Gerard sobre un triunfo que no fue el único tras alzarse campeones de Cataluña "Nada más pitar el final, lo primero que hicieron los niños fue ir a saludar al equipo rival y darles la mano".
Una conducta ejemplar durante el torneo que les valió para llevarse el premio a los valores:"Es lo más importante, que estos niños a cada partido que van tienen un reconocimiento al buen comportamiento".
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