El quiosco de Florencia, un pequeño templo de discos de música en vinilo en Barcelona: "Es un formato atractivo"

  • Lost Format BCN es un quiosco que se ha reinventado y vende discos y artículos musicales más allá de periódicos

  • El negocio poco tiene que ver con el nostálgico templo del papel: "Siempre creí que la naturaleza del quiosco se vende por sí solo"

  • La reinvención de los quioscos llevó a la pareja a apostar por un negocio poco ortodoxo

El amor por la música ha llevado a Florencia Cagna y a su pareja a abrir un quiosco en Barcelona que poco tiene que ver con los nostálgicos templos del papel. Ellos siguen vendiendo periódicos, pero el grueso de su negocio se basa en los discos de vinilo, un formato retro que está más de moda que nunca y es más demandado que el CD.

"Por primera vez se venden más vinilos que CD. Se ha cargado a su propio verdugo. Es atractivo por la portada. No es solamente el disco. Es la sensación que se lleva todo el mundo cuando lo ve, directamente conecta con ellos. Sobre todo cuando vas caminando por la calle y te encuentras algo que no esperabas", explica Florencia en una entrevista a Informativos Telecinco.

La reinvención de los quioscos llevó a la pareja a apostar por un negocio poco ortodoxo."Siempre creí que la naturaleza del quiosco también se vende por sí sola, más que una tienda. Las propuestas innovadoras siempre son beneficiosa ante cualquier sitio comercial". Así crearon Lost Format BCN, un comercio que combina dos formatos olvidados: los periódicos de papel y los discos de vinilo.

"Uno ya se olvidó y el otro resurgió. Esa es la manera de unificarlos", admite Florencia, quien no dudó en adentrarse en un negocio ideal para coleccionistas: "La música es para todo el público, llega a todo el mundo. Nuestra propuesta abarca de todo. No nos centramos en un género en específico".

Éxito entre jóvenes

El quiosco también vende libros y revistas musicales. Una variedad de artículos que compran todo tipo de personas. Sobre todo los más jóvenes. "El rango de edad más popular es entre los 20 y los 35 años. El por qué no lo sé. Quizás sea tendencia y reconexión con lo analógico. Nos consume la digitalización. Todo lo ofrece el teléfono, de alguna forma necesitamos algo que nos conecte a la tierra. Pueden ser los vinilos. No se percibe de la misma forma", opina Florencia.

Entre sus clientes, también están aquellos que frecuentaban el quiosco antes de que se convirtiese en un pequeño templo de la música. "Estaba a punto de desaparecer por jubilación, su propietario llevaba más de 40 años trabajando. Lo traspasó y accedimos a él.  Alguno de los que solía venir aquí también se ha animado alguna vez a comprar algún disco".

Cuando ven el quiosco, me piden si lo pueden grabar

Un negocio moderno para los vecinos. También para los turistas. Les llama la atención. Han venido japoneses o neoyorquinos y todos han quedado fascinados con la idea. No es solo innovador aquí, causa sensación a gente de otras partes del mundo. Cuando ven el quiosco, me piden si lo pueden grabar. Me llama la atención", reconoce Florencia.

Un quiosco con un encanto especial, donde los vinilos desafían la era digital como una forma única y apreciada de experimentar la música. Todo ello en un lugar nostálgico donde lo material adquiere una dimensión de coleccionista entre los clientes.

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