El Hospital Sant Pau de Barcelona ha celebrado los 40 años del primer trasplante de corazón que se realizó con éxito en España. Un hito histórico a cargo de Josep María Caralps y Josep Oriol Bonín, los doctores que trasplantaron un corazón a Juan Alarcón Torres, de 29 años, que sufría una cardiopatía en fase final y los médicos estimaban que no le quedaban más de tres de meses de vida.
El trasplante, procedente de un joven de 21 años que había sufrido un accidente de tráfico, permitió que el paciente sobreviviese nueve meses tras la operación. Un éxito por aquel entonces, que han querido recordar 40 años después desde el Hospital Sant Pau, el centro hospitalario que realizó el primer trasplante funcionante.
Desde entonces, el Hospital Sant Pau ha realizado 642 trasplantes y este jueves ha reunido a expertos y pacientes para poner experiencias y conocimientos en común sobre el ámbito cardíaco. "El primer trasplantado era un hombre joven. El último, la semana pasada. Un hombre menor de 50 años que fue trasplantado hace 15 años, pero su corazón había empezado a fallar", ha explicado el Dr. Antonino Ginel Iglesias, jefe del servicio de cirugía cardiaca del Hospital Sant Pau.
Otro de los invitados ha sido el Dr. Mujammad Mouhiuddin, pionero en el trasplante de corazón de cerdo a humano, modificando genéticamente el órgano animal para que se adapte características humanas. Está implicado en el campo de los xenotrasplantes de corazón porcino a humanos desde 1992.
Sus principales intereses son el papel de los linfocitos B en el trasplante, especialmente el rechazo de xenógrafos; la tolerancia al trasplante y la modulación inmune. Su grupo tiene el récord de supervivencia de xenógrafo más larga en un modelo animal grande.
Más allá de expertos en la materia, en la jornada en conmemoración al primer trasplante también ha participado Mar Mesa, una mujer de 52 años que fue trasplantada hace 25. En su caso, el corazón falló tras pasar una gripe y su cuerpo rechazó ocho veces el órgano hasta que dieron con la medicación adecuada.
Mar está viva gracias a la investigación en medicación y destaca que la gente se sorprende de que haya sido trasplantada porque hace vida normal. Gracias a ello, ha conocido estos años a su marido y muestra con orgullo su cicatriz.
Tampoco ha querido olvidarse de la familia donante. "Lo más duro del trasplante fue los primeros días, pensaba que era la culpable de que mi donante había muerto. Pensaba que era causa mía, pero no hice nada porque esta persona muriera. Me estaba muriendo igual. Hice luto los primeros días hasta aceptar que era un regalo".
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