El regadío del pantano de Ulldecona (Tarragona) ha quedado cerrado por la sequía extrema que afecta al embalse, que está por debajo del 4% de su capacidad. Una situación de alerta máxima que impide destinar el agua a usos agrícolas.
La Confederación Hidrográfica del Júcar decretó el pasado viernes el cierre de las salidas del embalse, que deja 1.700 hectáreas y 1.556 regantes afectados.
La escasez de lluvias de los últimos meses ha dejado el embalse con 0,43 hectómetros, por debajo del umbral de 0,5 que marcaron en la última comisión de desembalse, donde acordaron que no se podía destinar el aguar para usos agrícolas en este tipo de situaciones.
"No hay disponibilidad de agua. Esto nos obliga a poner en marcha dos captaciones de agua subterránea para riego de auxilio. Pero esto es insuficiente para garantizar el riego de los agricultores", lamenta Jose Manuel Queralt, secretario de la Comunidad de Regantes de Ulldecona.
Ahora, el objetivo es garantizar el riego mínimo con una tercera parte del caudal de agua, que tiene un coste cuatro veces mayor, según han explicado a Informativos Telecinco.
La campaña de riego empezará el próximo 15 de abril y la frecuencia con que se suministrará agua dependerá de la demanda y de las provisiones hídricas que haya en cada momento.
Según los datos recopilados por el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), el presente año hidrológico está siendo el más seco de los últimos 33 años, actualmente, con 115 mm de precipitación media acumulada por los 216 de la serie histórica.
Esta falta de lluvias, además, se ha traducido en una reducción de las aportaciones a los ríos, un descenso de los recursos subterráneos y una merma en la capacidad de almacenamiento en los embalses.
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