La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal dedicada al tráfico de seres humanos y falsedad documental. En total, han detenido a siete personas, entre ellos el cabecilla, y han liberado a 17 víctimas que pagaron grandes cantidades de dinero por venir desde otros países a Barcelona.
La investigación se inició en julio de 2023, cuando se detectó una primera furgoneta con 11 personas hacinadas en su interior, en la localidad de Sant Adrià de Besòs (Barcelona).
La organización criminal gestionaba el tráfico de personas desde diferentes países europeos y las víctimas eran en su mayoría ciudadanos extranjeros de terceros países, vulnerando la legislación vigente sobre entrada o tránsito de extranjeros y cobrándoles grandes cantidades de dinero por garantizarles el traslado y entrada.
"Las víctimas saldrían de sus países de origen uno o dos meses antes de su viaje final a España y durante esos meses estarían moviéndose por varios países de la Unión Europea", ha explicado la Policía Nacional.
Posteriormente, se reunirían con la organización en una ciudad determinada para organizar el viaje final a España. El pago que debía realizar cada uno de ellos, por los traslados y por introducirles en España, oscilaba entre 10.000 y 12.000 euros.
El viaje a España lo realizaban por carretera, en el interior de furgonetas en malas condiciones y hacinados, con falta de ventilación al carecer de ventanas y en "unas condiciones higiénico-sanitarias nulas y sin ningún tipo de víveres, teniendo en cuenta que la duración del trayecto era de más 18 horas".
Durante el trayecto no se les permitía salir del habitáculo, ni siquiera en las paradas para repostar, debiendo hacer sus necesidades en bolsas de plástico y orinar en botellas de plástico.
La organización contaba con una gran infraestructura, ya que utilizaba hasta ocho furgonetas para trasladar a las diferentes personas que querían llegar a España como destino final. Una vez iniciaban el trayecto, se les retiraba sus teléfonos móviles y documentación, de manera que los tenían totalmente controlados.
Al llegar a Barcelona, los encargados de la organización en España recepcionaban a los extranjeros, quedando estas personas custodiadas en pisos de seguridad hasta obtener el total del pago del trayecto.
La Policía Nacional ha identificado 17 víctimas en uno de los trayectos y se les está tramitando a todas ellas una infracción a la Ley de Extranjería.
La organización criminal mantenía una sólida jerarquía con un reparto de tareas perfectamente definidas en lo relacionado con la captación, traslado y recepción.
El cabecilla de la organización criminal era el que se encargaba de contactar con los extranjeros en el país de origen y les ofrecía y facilitaba el traslado a España a cambio de importantes sumas de dinero.
El segundo nivel de la organización se encargaría de recepcionar a los extranjeros traficados en España y llevarlos al piso de seguridad. El tercer y último nivel eran los conductores, los encargados de la furgoneta donde se trasladaban a las víctimas, realizando la recogida y la entrega de los mismos y facilitándoles el cruce por los diferentes países evitando los controles.
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