Los Mossos d'Esquadra ha incorporado cinco equipos tecnológicos para la elaboración de estudios forenses que "revolucionarán" la investigación criminal en Cataluña, con una inversión en el último año de más de un millón de euros en un equipamiento de última generación.
La Unidad de Balística y Trazas Instrumentales ha mostrado este martes los cinco nuevos equipos, que permiten encontrar impactos de bala sin plomo o establecer conexiones entre hechos ocurridos en lugares y días diferentes.
Los equipamientos también permiten entrar en la escena de un crimen desde un ordenador para reconstruir trayectorias balísticas, capturar un millón de imágenes por segundo o resolver crímenes a través de las huellas.
La modernización de la Policía Científica se enmarca en la línea estratégica 2024-2030 establecida por la Unión Europea en materia de ciencias forenses que apunta también a la introducción de la inteligencia artificial.
Este sistema automático de identificación balística está valorado en 300.000 euros y es uno de los últimos equipamientos adquiridos por la Policía Científica catalana.
El Evofinder es un equipo de laboratorio que lleva incorporado un escáner de "altas prestaciones "que permite detectar las micromarcas de los elementos balísticos con "alta precisión", combinado con un sistema que establece modelos de marcas en el ámbito computacional y permite contrastar de manera rápida y eficiente con otros elementos estudiados.
Los agentes introducen un casquillo de bala en un escáner 3D para después compararlo con otros elementos de otros casos no resueltos, de su propio archivo para conocer vinculaciones.
Otro de los nuevos equipamientos es el iFornesLIBS, que permite determinar la distancia de disparo de manera eficiente en un caso de presunto homicidio con arma de fuego, en el que se utilizó munición sin plomo.
Esta herramienta es un equipo de laboratorio químico que permite trabajar a la Policía Científica tanto en el laboratorio como en el mismo lugar donde se ha producido el delito. El láser rastrea la zona de objeto de estudio y permite detectar y cuantificar los elementos químicos que mantiene la muestra.
Cuando en un suceso criminal intervienen armas de fuego, el estudio de escenarios criminales supone un reto mayor para la Policía. Para abordarlo con las máximas garantías, los Mossos d'Esquadra utilizan un escáner 3D que captura el lugar y permite al analista regresar de manera virtual al lugar "tantas veces como sea necesario", con perspectivas subjetivas y aproximaciones a demanda.
Esto permite "revaluar el trabajo de campo realizado in situ e interactuar en la escena del crimen frente a nuevas informaciones que han ido surgiendo en el decurso de la investigación", según explican.
Otro de los dispositivos que han presentado este martes es una cámara de alta velocidad, que permite capturar hasta un millón de imágenes por segundo. "Las convencionales realizan 30 capturas cada segundo y 60 por segundo para contenidos de alta resolución", detallan los Mossos d'Esquadra.
Una herramienta que permite afrontar "con garantías" el estudio de balística operativa, en unas acciones mecánicas que se producen a alta velocidad. Es el caso de las detonaciones balísticas o los efectos sobre objetos materiales. La policía catalana también ha exhibido su escáner diseñado para el estudio e identificación de huellas de calzado, y también otro aparato que permite analizar trazas de objetos.
Durante el último año la Policía Científica ha realizado más de un millar de estudios forenses vinculados a casos sujetos a investigaciones correspondientes a los últimos años en los que se han utilizado armas de fuego (municiones, comparativos de elementos balísticos, trayectorias, distancia de disparo, residuo de disparo, etc.).
Los nuevos equipamientos han permitido optimizar el trabajo en el lugar de los hechos, reducir el tiempo de respuesta y, por tanto, disponer de información concluyente ya desde el primer momento: "Aumenta la eficacia, minimiza los posibles errores y da un salto en calidad, fiabilidad y rapidez en los estudios forenses".
En Cataluña el uso de armas de fuego se enmarca principalmente en las disputas que tienen los grupos criminales relacionados con el narcotráfico, especialmente los dedicados al tráfico de marihuana y hachís.
De las 429 plantaciones desmanteladas el pasado año, en 32 se localizaron armas de fuego y de las investigaciones llevadas a cabo por la DIC en este ámbito se registraron 87 narcoasaltos vinculados con grupos criminal dedicados a la producción y distribución de marihuana, en 35 de los cuales se mostró, intervenir y/o hacer uso de un arma de fuego.
En cuanto al crimen organizado relacionado con el tráfico de hachís, se registraron 8 narcoasaltos, en 6 de los cuales se mostró o hizo uso de armas de fuego. El año pasado se registraron 13 muertes violentas por uso de arma de fuego, de las que 5 estaban relacionadas con el crimen organizado, y 3 más podrían tener vinculación directa, pero la investigación sigue en proceso.
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