Dormir de día y vivir de noche, el trastorno del sueño que superó Anna: "No era una persona funcional"

Dormir de día y vivir de noche es la pesadilla que ha vivido Anna Cetó hasta los 20 años ,cuando descubrió que sufría trastorno del sueño. Una problemática que le privaba ser "una persona funcional" al descansar entre dos y tres horas al día.

"A esa edad no le das importancia a dormir ocho horas en el momento correcto", explica la joven a Informativos Telecinco en el Día Mundial del Sueño, sobre un trastorno que logró superar gracias a un tratamiento sin pantallas ni luz blanca, después de acudir a la clínica del doctor Eduard Estivill en Barcelona.

"Tenía el horario completamente girado. Era incompatible porque en ese momento estaba estudiando. Me dormía a las 5:30 y tenía que levantarme a las 06:00 horas para ir a estudiar", recuerda Anna, quien decidió pedir ayuda a su madre para intentar poner remedio a su trastorno.

Sueño regulado tras un tratamiento "exigente"

Anna tardó 20 años en darse cuenta de su dificultad para conciliar el sueño al "estar normalizado irse a dormir tarde". Sin embargo, la ayuda recibida en una clínica del sueño de la capital catalana fue vital para dejar de dormir tres horas diarias: "En cosa de un mes pude dormir de noche, que era el objetivo. Me dijeron en la clínica que ya estaba. Luego hice cuatro o cinco sesiones más seguimiento unos tres meses más".

Así empezó su tratamiento "exigente" tras confirmar su trastorno. Pasó de dormir por la noche a irse a dormir a las 22:00 horas con 20 años. "Es extraño, pero tenía que hacerlo por mí. Mi entorno me motivó. Me sentí apoyada y vi la luz al final del túnel. No tenía vida social".

Un esfuerzo que dio sus frutos y que permite a Anna dormir de noche desde hace cuatro años. "Tengo el sueño totalmente regulado. Y soy capaz de irme a dormir 8 horas antes". Un logro que también le ha permitido mejorar su rendimiento académico y personal. "Ahora estoy titulada y trabajando".

Anna pensó que podía tener un problema psiquiátrico, en vez de un trastorno de sueño. "Recurrí a alguna pastilla, pero en la clínica me dijeron que no era un problema psiquiátrico el mío". Por ello, anima a la gente a pedir ayuda: "No le damos importancia. Despertarte y sentirse descansada es clave".

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