La burocracia desborda de papeleo a agricultores y ganaderos. Una labor que Lluís Llordella solventa desde su gestoría catalana, donde muchos afectados reciben asesoramiento para focalizar sus esfuerzos en el campo y no perder tiempo a rellenar los innumerables trámites exigidos, que pueden derivar en sanciones y pérdidas de subvenciones.

"El tiempo que tenía que dedicar un agricultor antes a hacer cualquier trámite era infinitamente inferior a lo que es ahora. Estamos hablando de unos porcentajes hasta el 100% del intérvalo dedicado", explica el asesor en Agro Consultoria Barons, donde hacen frente a todo tipo de papeleo para la Generalitat, el "simple intermediario" entre el agricultor y el Ministerio de Agricultora, que "acata las directivas" de la Unión Europea.

Las gestiones que afrontan agricultores y ganadores "son difíciles de enumerar" y van en aumento dependiente de si los trabajadores quieren aumentar el volumen de su negocio. El primero de ellos es la Política Agrícola Común (PAC), el vínculo que tienen con la Administración.

De aquí salen las ayudas destinadas al sector agrario, pero va más allá. "La PAC es como una fotografía de tu explotación. La Administración va absorbiendo todos los datos para exigirte todavía más burocracia". Es el caso de la declaración anual de nitrógeno (DAN), donde exponen dónde van a parar los estiércoles de las explotaciones. O el balance de nitrógeno.

También están las gestiones referentes al cuaderno de explotación. "Define todas las actuaciones que hace cualquier agricultor. Ahí va anotando si ha sembrado tal día, qué variedad, la recolección y dónde lleva ese producto final". Esto enlaza con la trazabilidad, que permite al consumidor "saber de dónde viene y con qué se ha alimentado la carne o el alimento vegetal".

Trámites "infinitos", a los que se suma las Mejoras Técnicas Disponibles (MTD), para "determinar qué tipo de actuaciones hacen para no tener tantas emisiones". Unos papeles que van en aumento en el caso de aumentar la capacidad de explotación.

"Tienes que hacer un proyecto, que va acompañado de un estudio de impacto ambiental, un estudio de impacto paisajístico y un plan de gestión de deyecciones que genera la explotación ganadera", añade Lluís Llordella. Todo ello, "solo para tramitar un permiso para construir una nueva nave ganadera".

A partir de aquí, empiezan los procedimientos para dar de alta esta explotación. "Las inversiones son muy bestias y tienes que medir mucho con lo que haces y a partir de aquí hay más burocracia".

Un tiempo invertido que para agricultores y ganaderos puede suponer "hasta el 60% de su jornada laboral", si no contratan servicios como el de Lluís. "Son trámites obligatorios. Te puedes quedar sin una subvención y esto en una explotación mediana puede suponer entre 15.000 y 20.000 euros al año. Si pierdes eso no subsistes y puede suponer el cese de la actividad".

Para el asesor de la gestoría, la culpa de la situación burocrática actual es un cúmulo de errores. "Las directivas europeas son muy restrictivas y obligan al Estado a que los agricultores tengan que hacer todos los papeleos. Un joven agricultor que quiera dedicarse a la explotación agraria tiene que tener mucha vocación si no, no te metes en este embrollo", lamenta Lluís.

De momento, la huelga continúa y las medidas ofrecidas por el Gobierno son insuficientes para los agricultores. Luis Planas les ha ofrecido la creación de una Agencia que acabe con la burocracia y controle las importaciones. Aunque sin acuerdo concreto, los trabajadores del campo siguen con las movilizaciones previstas porque "no hay confianza" y piden "soluciones concretas".

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