Los trabajos de excavación arqueológica dirigidos por eI Institut Català de Paleocologia Humana i Evolució Social (Iphes-Cerca) han puesto al descubierto más de 7.000 restos humanos, de animales y objetos ornamentales desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce en la Cueva dels Xaragalls de Vimbodí i Poblet (Tarragona), confirmando su uso sepulcral durante más de 4.000 años.
Tras varias campañas de excavación dedicadas a acondicionar el acceso a la cavidad y limpiar la superficie interior de sedimentos revueltos por la actividad furtiva, los investigadores han conseguido documentar niveles arqueológicos intactos y nuevas superficies, que permitirán conocer en profundidad el uso de la cavidad por parte de las diferentes poblaciones humanas que ocuparon ese territorio.
La gran cantidad de restos esqueléticos humanos, así como los restos de animales, de fragmentos de recipientes cerámicos y ornamentales, evidencian un uso sepulcral de la cavidad durante un largo período de tiempo.
“Sabemos que esta cavidad era utilizada como cueva sepulcral, era un cementerio en el que iban depositando los cuerpos de los difuntos y se utilizó para ello durante milenios, lo que genera un gran depósito de cadáveres humanos”, ha explicado el doctor Antonio Rodríguez Hidalgo.
Este uso continuado con fines sepulcrales ayudará a entender los cambios en la sociedad de cada momento y también el tratamiento de la muerte en los distintos períodos, que supone un "reto complicado" para documentar los distintos modos de entierro llevados a cabo por las poblaciones
Durante las últimas campañas de excavación de algunos restos de bronce, han descubierto la punta de un puñal o diferentes tipos de botones ornamentales, que se encuentran directamente asociados a restos esqueléticos de caballo. Estos bienes, considerados de prestigio, estarían sugiriendo cambios en las estructuras sociales, principalmente en las cronologías más recientes.
Junto con el material recuperado, el equipo investigador ha integrado también el análisis sistemático del material procedente de la actividad furtiva anterior y que se encuentra depositado en distintos museos del territorio.
Uno de los más relevantes es el cráneo trepanado cedido por el Museu de la Vida Rural de l’Espluga de Francolí en 2020 y del que se está llevando a cabo un profundo análisis paleopatológico y tafonómico.
Junto con los restos esqueléticos humanos, durante la presente campaña de excavación también se ha recuperado gran cantidad de restos animales, de los que destacan los animales típicos de la ganadería mediterránea durante la prehistoria reciente, como las ovejas, cabras, cerdos y vacas, además de perros y los ya citados caballos.
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