Toni y Ana viven "un infierno" desde el pasado 10 de diciembre, cuando unos okupas que viven a 50 metros de su domicilio en Lloret de Mar (Girona) les entraron a robar, mientras la pareja y su hija de cinco años dormían. Un suceso del que no se enteraron hasta que escucharon el grito de '’Policía al suelo".
Una vecina fue quien alertó a la policía catalana tras ver a los ladrones entrar al piso de Toni, quien no se enteró de lo ocurrido hasta que escuchó el grito de "Policía, al suelo".
En ese momento, la familia entró en pánico al ver a la policía catalana en plena madrugada. "No sabía qué estaba pasando. Encendí las luces del salón y vimos que faltaba el televisor y varios objetos más".
Los ladrones habían entrado por la ventana, aprovechando "el descuido" de la pareja, que siempre bajaba la persiana hasta abajo. Excepto aquel día. "Entraron dos personas y una se quedó fuera. Primero desmontaron el televisor y rebuscaron por la casa, mientras el tercero se lo llevaba a 50 metros de nuestro piso".
Entre los objetos sustraídos también había dos monitores de ordenador, auriculares, un teléfono móvil, una Nintendo Switch y un estuche de maquillaje infantil de la niña. "Estaba valorado en diez euros y se pensarían que tendría algo en el interior".
Pero la sorpresa máxima llegó cuando accedieron a las cámaras de seguridad y vieron que los ladrones era sus vecinos. "Los reconocimos. Pasamos la información a los mossos y el domingo por la noche los detuvieron".
La familia testificó el lunes, el mismo día que los asaltantes fueron puestos en libertad. "Hay vídeos y huellas. Pero, si me los cruzo, ¿qué tengo que hacer? La jueza me advierte de que ni se me ocurra hacer nada por mi cuenta porque el siguiente detenido puedo ser yo".
Desde entonces, el robo atormenta a diario a la pareja y a su hija, que necesita dormir con medicación. "Se despierta de noche con pesadillas. Estamos viviendo un infierno y denunciamos la injusticia que estamos viviendo". Una situación en la que prácticamente conviven con sus ladrones.
"Están sueltos. Son okupas y siguen delinquiendo. Mi mujer está embarazada y está a punto de perder el bebé por el estrés", lamenta Toni, quien está a la espera de un juicio que "tranquilamente" puede llegar en un año y medio. "Saber que nos lo podemos seguir cruzando y siguen delinquiendo, es algo que no entendemos".
De hecho, las víctimas del robo quieren salir cuanto antes del piso en el que viven. "Queremos marcharnos. Hay mucha inseguridad. No se puede vivir tranquilamente. Si trabajo de noche, no puedo irme tranquilo sabiendo que pueden entrar en casa estando mi mujer e hija solas".
Otra de las personas que ha pasado por una situación similar a la de Toni y Ana es Mercedes, una vecina a la que robaron hace años en pleno verano.
"Llegábamos a casa y acababan de salir los ladrones. Se llevaron mi ordenador, el carro de la compra y algunas cosas más", recuerda la afectada sobre un suceso que ocurrió hace cuatro años y del que aún espera novedades. "Cuando estoy en el piso tengo todo abierto, pero cuando me voy cierro todas las ventanas. Ya no estás a gusto".
Un miedo generalizado que también sufre Francisca, otra vecina que admite la sensación de inseguridad en la comunidad."Al principio estaba muy tranquilo, pero este verano robaron tres coches en el garaje".
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