Vecinos de Horta, en Barcelona, continúan conmocionados por el trágico suceso ocurrido en una vivienda del distrito catalán donde fueron hallados los cadáveres de un padre y sus dos hijos de 7 y 10 años. Las autoridades investigan lo sucedido como un posible crimen de violencia vicaria, con distintos indicios apuntando a que el progenitor habría actuado deliberadamente para acabar con sus vidas. Desesperada, fue la madre de los niños la que alertó a las autoridades al ver que el padre, del que estaba separado, no los había llevado al colegio.
En aquel momento el progenitor estaba con los menores pasando las vacaciones de Navidad. Según informa Mayka Navarro en La Vanguardia, el domingo debió habérselos entregado a la madre, pero pidió expresamente que se quedasen a dormir y que los recogiese al día siguiente en el colegio, donde los llevaría, pero no fue así.
Cuando ella fue a buscarlos comprobó que no habían sido llevados al centro educativo y su exmarido no daba ninguna respuesta. Fue entonces cuando, preocupada y angustiada, acudió ella misma a la vivienda en la que residía su expareja, de la que se separó antes de la pandemia, hace unos tres años.
En el número 47 del Passeig Universal de la capital catalana, en el distrito barcelonés de Horta-Guinardó, la mujer golpeó la puerta intentando que alguien contestase y llamó incluso a su suegra en busca de ayuda.
En el lugar, según informa El Mundo, algunos vecinos pudieron escucharla gritando con desesperación y con un ataque de ansiedad: “¡¿Dónde están mis hijos?!”.
Tras dar la voz de alarma y denunciarlo ante las autoridades, agentes de los Mossos d’Esquadra se presentaron en el lugar, requiriendo también la actuación de los bomberos para forzar la entrada al domicilio por una ventana.
Fue así como, el pasado lunes por la tarde y en un ambiente cargado y con “fuerte olor a gas”, encontraron los cadáveres del hombre, de 53 años, y los dos menores, cuyos cuerpos sin vida estaban en estancias diferentes: el niño en una litera del cuarto de los hermanos y la niña en un sofá cama.
Al parecer, el progenitor selló las estancias a conciencia: las ventanas estaban completamente cerradas y con las rendijas tapadas con una especie de cinta aislante.
En este escenario, las autopsias de sus cadáveres tienen la clave para resolver las causas exactas de sus muertes y desvelar algunas incógnitas que aún permanecen alrededor del caso: si los niños murieron junto a él por inhalación de monóxido de carbono; si los sedó previamente; o si los mató y después se suicidó inhalando el gas.
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