Los obstáculos de una invidente para cruzar una 'superilla' en Barcelona: "Es complicado orientarse"

El trayecto a pie de una invidente,para llegar al instituto donde trabaja en Barcelona, se ha convertido en un camino de obstáculos debido a la 'supermanzana' de Consell de Cent, una de las islas peatonales instaladas durante el mandato de la exalcaldesa Ada Colau.

Este suplicio diario pone en alerta a Neus Salvat de posibles riesgos, que en muchas ocasiones no es capaz de percibir mientras cruza con el bastón por la zona.

"Es complicado orientarse. Tienes que ir muy concentrado. Dijeron que las 'supermanzanas' son para pacificar. Y será pacificar para otros. Me hace estar más alerta. Para cruzar tengo que estar con cuatro oídos para saber si pasa algún coche", explica la vicepresidenta de ACIC (Asociación catalana para la Integración de las Personas Ciegas).

El mayor obstáculo al que se enfrenta a diario es el paso de patinetes, bicicletas, coches y camiones, que paran para descargar. "Salgo de trabajar y me encuentro un camión grande que a veces no te das ni cuenta. Hay gente que me avisa, si no fuese así podría producirse un choque", destaca Neus.

Como ella, cuatro mil ciegos en Barcelona han dejado atrás el camino al que estaban acostumbrados al caminar por L'Eixample. "Parecía que iban respetando lo de poner obstáculos de una manera organizada". Sin embargo, el tráfico se ha convertido en una auténtica pesadilla en este tramo.

"Aquí hay coches que van en contra dirección, mientras que en otros lugares solo hay que tener claro que está verde para cruzar", lamenta la invidente, que ha llegado a desubicarse hasta en dos ocasiones debido al tráfico de vehículos en las 'supermanzanas' creadas con el objetivo de reducir el espacio ocupado por el vehículo privado en favor de la superficie dedicada a los peatones.

"No sé cómo crucé que volví a dar la vuelta y estaba en el mismo punto de partida. Una tuve que preguntar y no me aclaraba dónde estaba", recuerda Neus. Por suerte, una vecina la vio en el quiosco y la ayudó. "No sabía por dónde moverse", añade.

Estas superficies hacen pasar un mal rato a los invidentes, que reconocen la "incomodidad" de cruzar por este tipo de estructuras. Aunque lo tienen claro. "Si las podemos evitar, lo hacemos". Aunque no es el caso de Neus: "Si trabajas aquí, como en mi caso, es lo que toca", lamenta.

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