El robo que sufrió Juan en febrero de 2022, tras quedarse sin móvil y cartera al salir de fiesta en Barcelona, se ha convertido en una auténtica pesadilla. Un incidente que con el transcurso del tiempo se ha convertido en un sinvivir, al ser víctima de una suplantación de identidad y acumular varias denuncias por estafas que desconocía.
Las consecuencias por perder el DNI y las tarjetas bancarias han pasado factura al argentino de 32 años afincado en la capital catalana. Los delincuentes utilizaron sus datos para estafar a internautas por internet con la compraventa de armas de aire comprimido a través de Telegram.
Para ganarse la confianza de los compradores, los delincuentes enviaban fotos del DNI de Juan para convencerlos. Un calvario que reavivó a los meses la pesadilla de Juan, quien creía haber superado el sufrimiento que empezó la madrugada del 12 de febrero de 2022 tras sufrir el robo por las calles de Barcelona.
"Al día siguiente hice la denuncia para que me diesen de baja las tarjetas, pero tuvieron toda la mañana para hackear la cuenta del banco y realizaron dos extracciones de 600 euros cada una. También hicieron una compra online y otra presencial de 1.300 euros cada una", detalla el diseñador gráfico, que lleva cinco años en la Ciudad Condal.
Juan logró a los meses recuperar todo su dinero. "Ahí pensé que la pesadilla había terminado". Pero solo era el comienzo de todo el suplicio que aún estaba por llegar.
"A los seis meses me habla una persona por Whatsapp y me dijo que era un estafador y que iba a denunciarme. Pensé que era una broma de un amigo que había cambiado el número, pero me pasó una foto del DNI que me habían robado", explica apenado sobre la suplantación de identidad que sufrió.
Esta situación paralizó su vida por completo. "Estuve de cama dos días, no tenía fuerzas para levantarme. Cuando vi que eran armas me asusté mucho". La tesitura tampoco mejoraría al mes siguiente. "Me llegó una citación para un juicio en Badajoz, que se pospuso y logré que archivasen el juicio".
En noviembre, el nuevo teléfono de Juan, tras perder el suyo, recibió una llamada sospechosa. "Me dijo otra persona que estaba yendo a la Guardia Civil a denunciarme por el mismo motivo. A él lo estafaron casi 800 euros. Le conté mi caso y también tenía foto de mi DNI".
Los ladrones también utilizaron números de teléfono, correos y cuentas a nombre de Juan. Unas acusaciones que ponían entre las cuerdas al argentino, impotente al tener que rendir cuentas ante la justicia por unos hechos que desconocía por completo.
"Compraron en Figueres (Girona) dos líneas telefónicas con mi DNI de manera presencial y crearon cuentas de usuario en un mercado de comercio electrónico, donde vaciaron la cuenta bancaria de una persona muerta".
Unas denuncias que han caído sobre el diseñador gráfico, quien solo quiere encontrar una solución ante unos hechos de los que no tiene nada que ver, según relata.
En su caso, dejó atrás su vida en Argentina para prosperar en Barcelona, aunque no ha logrado levantar cabeza desde el robo. "Tengo miedo de caminar por la calle y por las noches no voy con el móvil en la mano. Me siento inseguro. Con mi pareja nos queremos ir de Barcelona".
Esta decisión le aleja de la capital catalana debido al desafortunado episodio que lastró su vida hace dos años. "Cuando me cae un juicio o denuncias me agarra ansiedad, no puedo dormir. Me pongo nervioso y tengo mucho estrés. Lo estoy pasando fatal".
Un sufrimiento constante, sin aparente solución a corto plazo, que mantiene en vilo a Juan. Solo quiere demostrar que es víctima de suplantación de identidad.
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