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El amuleto que tiene Víctor Fernández en la administración del centro comercial Arenas de Barcelona ha repartido suerte a sus clientes con el Gordo de la Lotería de Navidad y cuatro quintos premios: 45353, el 88979, el 1568 y el 57421.
Un éxtasis que ha hecho saltar de alegría a los propietarios del establecimiento, que han celebrado hasta en cinco ocasiones el sorteo extraordinario, en el que todos sus décimos repartidos han pasado por su piedra de oro, que ha hecho realidad el sueño de muchas personas.
"Estoy que no me lo creo. La suerte nunca descansa. Es el sueño de todo lotero. La gente que pasaba el número por la piedra me decía: 'Venga actívelo, y mañana al banco directo'. Y ver que se ha cumplido...", exclama el lotero.
Concretamente, la administración ha vendido dos décimos del número 88.008 --el Gordo-- once décimos del número 45.353, tres décimos del número 88.979, un décimo del número 1.568 y otro décimo del número 57.421, todos quintos premios.
El establecimiento ha repartido este año los los décimos "como antiguamente". Nada de internet y décimo a décimo de manera presencial "Todo ha sido en ventanilla. He visto las caras y la emoción que transmitían. Cuánta gente ha cumplido su deseo de que les iba a tocar", admite Víctor.
La mañana para el lotero ha empezado de la mejor forma posible, al repartir rápidamente cuatro quintos premios. "Te levantas con ganas de que empiece el sorteo más esperado del año, por el que llevas seis meses trabando. Y al final la diosa Fortuna, a través de la piedra de oro, te premia. Aún no has asimilado el primero y va el segundo", reconoce el propietario de la administración.
Un premio detrás de otro. "No es lo habitual, aún no me lo creo. Todavía no sabría explicar con palabras las emociones que estamos sintiendo".
Pero lo que no sabía Víctor, es que la gran suerte aún estaba por llegar con el Gordo, el más tardío de la historia del sorteo premiado con un total de cuatro millones de euros por serie y 400.000 euros por décimo.
El año pasado, esta administración repartió décimos del cuarto y quinto premio. Una alegría que en gran parte depende de la piedra de oro.
"La dejó aquí la diosa Fortuna. Revisamos las cámaras y se ve que llegó levitando. No tiene explicación, es algo que viene del más allá. Desde luego, es donde los sueños se hacen realidad", culmina el lotero, quien quiere seguir repartiendo premios y pide que "todo siga tal y como está".
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