Aran tiene cuatro años y ha sido premiado por sus buenos modales al saludar cada mañana a Laura, una conductora de autobús en Barcelona que ha decidido regalarle por su cumpleaños un trofeo que le nombra como "mejor pasajero del 2023", al ser el "niño más educado y simpático".
Todo empezó meses atrás, al subirse cada mañana junto a su padre al transporte público para ir a la escuela, cuando el gesto de cortesía del pequeño hacia la conductora se convirtió en un hábito diario. Primero fue un 'Hola' que con el tiempo se convirtió en un 'Buenos días'.
"Era un saludo potente, se lo tomó como algo efusivo y todo el mundo lo miraba", recuerda Guillem Murgui, el padre de Aran sobre unos modales que acabarían por establecer un vínculo entre su hijo y la propia conductora.
"Un día me preguntó cómo se llamaba la mujer que conducía el autobús y le expliqué que se lo tenía que preguntar él. Una vez se intercambiaron los nombres, el saludo pasó a ser 'Buenos días Laura' o 'Buenos días Aran'," añade el padre sobre el gesto cordial.
Desde entonces, Aran también aprovecha para despedirse de Laura al salir del autobús. "Cuando baja por la puerta, corre toda la calle hacia abajo hasta la entrada del vehículo. Ahí dialogan y es cuando la conductora alguna vez ha avisado de que mañana tiene fiesta y no viene, o simplemente desea un buen fin de semana".
En una de estas conversaciones, el pequeño de cuatro años explicó a Laura que el lunes era su cumpleaños. Una fecha especial, que ella no desaprovechó para agradecerle su cordialidad con chocolate y un obsequio único.
"Fue maravilloso. Es un reconocimiento a algo tan básico como es la buena educación. Los padres estamos con un babero porque vemos reconocido un trabajo que parece fácil. Es un hábito que habíamos perdido como sociedad", explica orgulloso Guillem.
Un gesto que la familia de Aran nunca olvidará. "Él no sabe que es un trofeo y una copa mucho menos, pero vio su nombre escrito y se percató que había algo raro. Se lo expliqué y es consciente de que es un premio. Es suficientemente entendedor de que ser buen chico vale la pena", indica su padre.
Su cordialidad también la reciben otros trabajadores en la capital catalana. "Desde la gente que está en el bar a los que llevan los contenedores de basura". Sin embargo, su fascinación por el transporte público ha hecho que conecte de una manera especial con la conductora.
"Desde pequeño le gusta todo lo que es el autobús. Reconoce los logotipos y los números del bus. Está todo el día obsesionado. Ahora se siente reconocido por el regalo y porque ha entendido que ser amable es algo bonito y necesario", culmina Guillem sobre un recuerdo imborrable.
Una historia que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha destacado en redes sociales y ha felicitado tanto a Laura "por su servicio" como Aran por su cumpleaños. "Son el mejor ejemplo para conseguir una Barcelona más humana y cercana. Una ciudad más sana y sostenible".
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