Un tercio de menores atendidos por violencia sexual en el Vall d'Hebron sufre estrés postraumático

La Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha atendido en el último año a 314 pacientes, víctimas de violencia sexual, de las cuales un 36% ha padecido estrés postraumático.

Estos son los datos del balance anual del equipo EMMA, el dispositivo de referencia para menores de 16 años víctimas de violencia sexual en Barcelona, que ha atendido a 26 personas menos que en 2022 (340) y un poco más que el 2021 (304).

Una de cada tres menores ha sufrido recuerdos intrusivos y pesadillas recurrentes en las que se revive el episodio de violencia, o ha tratado de evitar situaciones, lugares o personas asociados a los hechos, mientras que ha sufrido irritabilidad, estado de hipervigilancia, dificultad para experimentar emociones positivas o pérdida de interés en actividades que antes resultaban gratificantes.

La coordinadora del equipo, Anna Fàbregas, ha concretado que el perfil medio que atienden en la consulta es una niña con una edad de unos diez años que hace la revelación a su madre, siendo el 79 % del sexo femenino: "Nuestras pacientes tenían entre 8 y 12 años en un 87% en el momento de los hechos".

En un 13% de los pacientes atendidos por violencia sexual, ha tenido lugar entre iguales. Es decir, el agresor era de una edad similar a la de la víctima, ya sea en el ámbito intrafamiliar o extrafamiliar.

El estudio también destaca que el 85 % de los agresores son personas conocidas por la víctima y que el 49 % de las agresiones tienen lugar en el entorno familia. El padre es quien inflige con más frecuencia la violencia sexual (30%), seguido de la pareja de la madre (un 19%), el primo (un 17%), el abuelo (11%) y el hermano (6%).

“Las cifras muestra que es una persona de nuestro entorno. Las familias no son espacios seguros por excelencia. Se perpetúan violencias, se debe poner el foco y trabajar desde la vertiente preventiva”, ha reconocido Anna Fàbregas.

También, un 60% de las víctimas de violencia sexual presentan psicopatología que hace necesario que reciban tratamiento especializado. El trastorno de estrés postraumático es la psicopatología más común en un 36% de los pacientes atendidos, seguido de la depresión, las conductas autolesivas y la ansiedad.

"La duración media del tratamiento es de un año, aunque se individualiza según las características de los pacientes, habiendo niños, niñas y adolescentes que necesitan menos sesiones y otros que realizan tratamiento durante años", expone Mireia Forner, psicóloga clínica del Equipo EMMA.

Detección de casos

Un 65% de los pacientes atendidos en el último año (203) fueron derivados por profesionales sanitarios que trabajaban en otras instituciones, principalmente a través de centros de atención primaria.

Un 15% (46 pacientes) a través de sus familias; un 10%, a través del sistema catalán de protección de la infancia y la adolescencia (31 casos), y un 7% (21 casos), desde centros educativos.

"La violencia se da en las familias, en las escuelas, en los centros deportivos y de ocio. Está a nuestro alrededor y a menudo no la detectamos. La prevención implica no mirar hacia otro lado y formar a los profesionales que tienen contacto habitual con niños, niñas y adolescentes para que sepan identificar y responder ante posibles casos", reflexiona Mireia Forner.

Por este motivo, Vall d'Hebron ha llevado a cabo formaciones externas para mejorar la detección y ayudar a identificar mejor los posibles casos de violencia física y sexual en niños y adolescentes.

“Formamos a un equipo de atención primaria y en el ámbito del deporte y profesionales del hospital. Han hecho una prueba piloto para pacientes de pediatría. También tienen un programa de formación para escuelas", han remarcado.