El metro de Barcelona ha vuelto a sufrir el ataque de los grafiteros tras el mayor acto vandálico en su historia semanas atrás. Un suceso que esta vez realizaron un grupo de 11 vándalos, pintando vagones de un tren de la L1, en el que uno de ellos roció con espray a una pasajera.
Los hechos ocurrieron el jueves por la noche en la estación de metro de Mercat Nou, cuando los vándalos aprovecharon que el tren estaba en el andén para pintar el convoy con los pasajeros en su interior.
Una acción que pilló de improvisto a los usuarios del Transporte Metropolitano de Barcelona (TMB), que presenciaron los grafitis atónitos desde los vagones.
De hecho, algunos mostraron su malestar y recriminaron a los autores su acto vandálico. Un enfrentamiento que acabó con una persona rociada con espray.
Ante estos hechos, TMB interpondrá una denuncia tras la actuación que obligó a desalojar a los pasajeros del metro afectado y retirar el tren, que era el último del servicio del día.
La acción coincide con algunos vídeos publicados en redes sociales, donde se aprecia un acto vandálico por parte de un grupo de personas en la misma parada de metro, aunque TMB no verifica que correspondan a los hechos.
"Que pinten en su casa. Si tengo un problema médico, voy a llegar tarde por vuestra culpa. Esta gente destroza el metro", explicaba una de las afectadas en el vídeo.
Además, inmortalizan el momento en el que quedaron atrapados sin poder hacer nada al respecto hasta que fueron desalojados.
Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ya vivió a principios de octubre su mayor ataque de vándalos grafiteros en su historia. Un suceso en el que 62 personas se colaron en la estación de Vall d'Hebron, dañando la puerta, la barrera de validación y las cámaras de seguridad, hasta que accedieron al andén, donde agredieron a un vigilante y pintaron cuatro trenes y diferentes instalaciones.
Un ataque que ocurrió cuando arrancaba el servicio de metro, provocando una afectación en el servicio de la Línea 5 a consecuencia de los trenes pintados, que fueron retirados, aumentando así el tiempo de espera de las personas usuarias. Además, después de las evaluaciones preliminares de los daños, se calcula que el coste aproximado superaría los 50.000 euros.
Por su parte, la intervención conjunta de los Mossos d'Esquadra y los vigilantes de seguridad permitió detener a 14 de los 62 grafiteros tras una actuación vandálica que puso "en peligro la integridad física de los vigilantes de seguridad del metro", al tiempo que creó "un grave perjuicio a la ciudadanía degradando un servicio esencial como es el transporte público y generando un coste de dinero público totalmente injustificado", lamentó la presidenta de TMB, Laia Bonet.