La plaga de chinches ya ha alertado a París por la invasión de insectos chupadores de sangre, que ha aumentado su presencia un 71% en España desde enero hasta septiembre de 2023. Una infestación que en algunos rincones de Cataluña ya han comenzado a notar.
Es el caso de Calafell y Cunit (Tarragona) han detectado la presencia masiva de cúmulos de insectos de la familia de las chinches, que en este caso "ni pican ni muerden".
En los últimos días, los vecinos de la comarca del Baix Penedès han sufrido las plagas de este insecto hematófago, que han aumentado su presencia desde este jueves por todo el paseo marítimo de Calafell debido a las fuertes rachas de viento.
Las chinches se han acumulado en los exteriores de los edificios, sobre todo por la noche y en zonas iluminadas. Desde farolas hasta ruedas de los coches, que ha alertado a los vecinos de la zona.
"Es de tipo fitosanitario. Esta variedad está en el arbolado y raíz del cambio de temperatura le atrae la luz y busca entrar donde hay más calor", han explicado desde el Ayuntamiento de Cunit sobre una problemática que esperan que "sea puntual y de corta duración".
De hecho, con los últimos chubascos y las rachas de viento esperan que puedan desaparecer de manera inminente, por lo que piden a la ciudadanía "cerrar puertas y ventas, principalmente de noche y más si hay luz en el interior" para evitar que entren en los edificios para que no hagan colonias.
Algunos vecinos han sufrido la aparición aislada de chinches. "Hemos cerrado toda la parte baja de la casa y nos hemos encontrado alguna por los desagües de cocina", explica uno señor de la localidad de Cunit. "No hemos visto plagas. Hemos cogido al perro y hemos echado insecticida por el jardín y exterior".
En el caso de otro vecino del municipio, las plagas de este insecto las ha sufrido en la zona residencial. "Hay un montón. Hay una acera llena de chinches. No hay que pisarlas porque se ve que los huevos se pueden pegar. No me preocupa. Con el viento desaparecerán en un par de días".
Este insecto se introdujo accidentalmente en Estados Unidos en 1998. En Europa no llegó hasta 2007 en Suiza y meses después en Liechtenstein y en Alemania, mientras que en Francia e Italia llegó en el año 2012, según el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña.
La primera cita en la península Ibérica fue en el campus de la Universidad de Girona en el año 2016. "Es una plaga muy polífaga que, en Europa, ha sido citada en 51 especies de plantas pertenecientes a 32 familias, principalmente en árboles frutales, ornamentales, cultivos hortícolas y extensivos".