Ángel Molina y Barcelona han crecido al ritmo de la música electrónica desde la década de los 90, cuando el DJ empezó su carrera profesional y la capital catalana vio el nacimiento del Sónar en 1994, que ya tuvo al artista pinchando en sus cabinas. Un vínculo especial que 30 años más tarde celebrarán en una nueva edición del festival, que el disyoquei cerrará este sábado en el aniversario de un espectáculo convertido en referente internacional del género y la cultura digital.
Los inicios del Sónar definieron la esencia de un espectáculo que reunió por primera vez la escena electrónica en la capital catalana. "Comparado con las ediciones actuales era un espacio reducido, como si fuera un ensayo de lo que luego iba a ser un festival. Una prueba para ver si tenía futuro", recuerda Ángel Molina sobre una edición que marcaría su carrera como uno de los más finos selectores de techno.
De hecho, su oportunidad llegó a los tres años de empezar su andadura profesional. "Tuve la sensación de haber formado parte de algo potente e importante. La actuación la tengo grabada en el corazón. No tenía tanta experiencia y exponerme a una audiencia conocedora de sonido techno, que había venido de muchos sitios de España y Europa, supuso un reto muy grande".
Desde entonces, el género también creció al ritmo de la tecnología y el Sónar ha mostrado anualmente sus avances más punteros ligados a la creatividad contemporánea. "Es un festival que avanza, no mira hacia atrás. En cuanto a tendencias, siempre es un poco mostrador de lo que está pasando en la música electrónica".
Incluso con una variedad de estilos como la música urbana, que subirá de nuevo a Bad Gyal al escenario; y el retorno de dos artistas de culto como Aphex Twin y Fever Ray. "El Sónar mira de la misma manera a la música, la tecnología y la innovación, pero sin olvidar que detrás de todo también es un negocio lúdico porque se va a divertirse. Es una cita obligada", destaca Molina.
Un cambio de escena, que también ha afectado al público. "Ahora es más conocedor. Hay muchas veces que incluso se avanza. Aquella imagen que teníamos del DJ viene a enseñar las nuevas tendencias ya no es así. Gracias a las redes sociales e internet, el acceso a la música es al mismo ritmo", culmina el artista catalán, que rememorará en su set joyas de pasadas ediciones.
"Como parece que genera un cierto morbo que un profesional que participó en la primera edición y 30 años después todavía sigue activo, voy a tener que mirar un poco hacia atrás, cosa que nunca hago. Haré un poco de tributo a ciertos nombres, temas y estilos que veo asociados al festival". Una actuación que realizará de 5:30 a 7:00 horas de la mañana, sin música experimental y arriesgada para que "la gente no se baje" y aguante hasta el cierre.
Aunque su recomendación para el público es disfrutar sin expectativas. "Se me ha tachado siempre de ser imprevisible. No tienen que esperar nada. Es la mejor manera de no defraudarse", culmina Ángel, quien mantiene la ilusión intacta a sus 55 años.
"Sigo teniendo las mismas ganas cuando pincho que el primer día. Y en concreto en el Sónar todavía más porque lo veo como algo mío". Sin embargo, los años sí que pesan para disfrutar del resto del festival. "Ahora me tengo que cuidar un poco más. En anteriores ediciones ya he cerrado alguna vez, pero el sábado no me lo hubiera perdido por nada del mundo".
De hecho, probablemente se pierda los conciertos previos. "El día es otra cosa, pero lo que es la noche no voy a aguantarla. No voy a ir desde las 22:00 horas de la noche. El horario de mi actuación es un momento donde el cuerpo nota la salida del sol. Esto hace 20 años no me lo hubiera cuestionado".
Una fecha especial marcada en el calendario, que el DJ espera con ganas para reencontrarse con su público. "La marca Barcelona ha crecido. Es una ciudad suficientemente importante como para cuidarla. Siempre he querido tener un vínculo muy especial y frecuente porque en esta ciudad encuentro oportunidades, opciones y estímulos que en otras no encuentro".
Estos valores, por su arraigo al lugar que le abrió las puertas en su etapa inicial, no han cambiado desde que Ángel empezó a ser valorado en el mundo de la música electrónica. "Miro hacia atrás y lo único que veo es a una persona que ha trabajado de la manera más honesta que ha podido. Si para alguien yo soy lo que para mí son grandes nombres como Duran Duran o Aphex Twin, no creo que esté a la altura. No tengo ningún tipo de ego ni actitud 'rockstar' de estar por encima de los demás".