La incubación artificial de tres crías de halcón en Barcelona: su padre abandona los huevos y se empareja con otra hembra

Tres crías de halcón han protagonizado una historia singular en el Puerto de Barcelona, donde su padre mantenía a la vez dos nidos a 700 metros de distancia: el de su pareja en la torre de Jaume I y el de otra hembra con la que se había emparejado en Ergransa, un edificio frente a Montjuïc.

Inicialmente, el macho se hizo cargo de las dos hembras "como si fuese el mismo territorio", por lo que mantuvo sus nidos hasta que su pareja y su amante pusieron cuatro huevos "prácticamente" a la vez.

"En la naturaleza a veces pasa que el macho tiene una hembra principal y otra secundaria. Este decidió que la principal era la del nuevo nido, donde convivía desde hace menos tiempo. La otra cogió un rol secundario", explica Sergi, miembro de la entidad Galanthus Natura.

El problema llegó cuando este no dio abasto con las dos madres incubando. Así acabó decantándose y desentendiendo los huevos de su pareja. "No inició la incubación porque el macho no hacía el relevo y le llevaba poca comida", reconoce Sergi, quien siguió el proceso gracias a las cámaras que tienen instaladas en los hogares de las aves rapaces.

De hecho, el papel del macho para incubar es esencial. "Ella incuba principalmente, pero en temas de comida el macho caza por ella y la sustituye cuando tiene hambre. Este le lleva una presa y así puede salir tranquilamente a comer, mientras él se pone encima de los huevos o de los pollitos. Si no hace este relevo es muy difícil". No obstante, hay ocasiones en el que un solo macho ha podido sustituir a dos hembras al mismo tiempo, pero no es el caso. "Es complejo, pero en esta historia se decantó por una".

Precisamente, al ver que los huevos no iniciaban el proceso de incubación, la entidad Galanthus Natura los cogió y los intercambió por unos de gallina, que tienen parecido. En ese momento apareció en escena otro macho, que intentó hacerse con el dominio del nido de Jaume I. Algo que ya había hecho el personaje principal de la historia un año atrás en el nido de Ergransa, cuando murió su homólogo. Sin embargo, este evitó la escena y echó al otro para conservar su territorio, pese a tener a su pareja desentendida.

La asociación siguió incubando a los cuatro pollitos, que estuvieron unos diez días hasta que tres de ellos fueron reintroducidos a su hábitat con cambio de hogar incluido. "Los pusimos en el nido de su padre, con la hembra que no era su madre porque estaba incubando a un pollito, por lo que tenían la oportunidad de ponerse allí y alimentarse".

Los incubados artificialmente eran "más pequeños", pero el instinto de la hembra fue esencial para aceptarlos como sus nuevos hijos. "Cuando los vio por primera vez, se puso rápidamente encima y los incubó también. Llamaba la atención el tamaño, los salvajes crecen más rápido", añade Sergi.

Un final feliz para las crías, que no tuvieron la oportunidad de volver con su madre biológica. "Está en su nido, pero no los alimentaría porque no ha hecho el proceso entero de incubarlo. No tiene ese instinto. Lo raro es que puedas engañarlos de esta manera y estén con la otra hembra. Teníamos miedo de que los halcones pequeños no la reconociesen porque nunca la habían visto. Solo habían visto una mano que los alimentaba, pero como se puso encima rápidamente se adaptaron".

Es la primera vez en la capital catalana que se dan en adopción unas crías rescatadas e incubadas artificialmente. "A veces, si cae un pollito de un nido con difícil acceso y ya está plumado, les metemos en otro nido de otra pareja. No pasa nada porque los alimentan. Si fuese un águila real se matan entre ellos. El halcón no".

De momento, el que parece estar asimilando la situación es el macho. "Ha quedado extrañado. Por suerte, la hembra es quien tiene que alimentarlos y él se encarga de cazar y traer la presa. Si no se pone encima, no pasará nada porque no morirán de frío y el macho no dejará de cazar. Estoy seguro de que ella podría ahora seguir adelante sola porque el nido está en el Puerto, que está repleto de palomas. Sale, caza y entra. No pasaría nada".