La historia de atracos a sucursales bancarias es larga y llena de episodios dignos de libro como el 'Asalto al Banco Central' de Barcelona en 1981 o el del atraco a la oficina del Banco de Sabadell de Valls (Tarragona) en 1985. En este asalto, el gobernador civil de Tarragona, Vicente Valero Costa, intercedió para salvar a los rehenes y recibió dos disparos que estuvieron a punto de costarle la vida.
La cuarta temporada del programa 'Crims' de TV3 acaba este lunes con un capítulo dedicado a este atraco bancario. El programa de real crime hablará con las víctimas directas del robo que sufrieron el asedio y con Vicente Valero, que no estaba en la sucursal en el momento del atraco pero entró al cabo de tres horas para desencallar las negociaciones.
Los asaltantes entraron a la sucursal del Banco de Sabadell a las 12.30 horas del 1 de junio de 1985: pedían el vaciado de la caja y hablar con el ministro de Interior, José Barrionuevo. Retuvieron a ocho personas, la mayoría empleados del banco y amenazaron con acabar con sus vidas.
Las negociaciones con la Guardia Civil no avanzaban y el gobernador civil de Tarragona, Vicente Valero, y el alcalde de Valls, Pau Nuet, decidieron entrar a la sucursal para hablar con los asaltantes. Penetraron en la sucursal a las 3.40 horas de la tarde. Apenas media hora más tarde, el fuerte dispositivo policial al que se habían unido decenas de curiosos en la calle, oyeron tres disparos.
El asaltante que lideraba el atraco, Juan Manzanares Ros, había advertido de que la vida de los ocho rehenes corría peligro. Pedía hablar con el ministro del Interior, José Barrionuevo. Valero charló durante media hora con Manzanares. Parecía que ambas partes se acercaban al acuerdo, cuando el atracador apuntó al gobernador con la pistola. Según los testigos, Valero le respondió "este arma no dispara, no sirve para nada" y encendió la furia del asaltante que apretó el gatillo: salieron tres disparos a quemarropa. Un proyectil chocó contra la pared y los otros dos en el cuerpo del gobernador, en el pecho y en el cuello.
En la calle se escucharon gritos desde el interior de la sucursal que pedían "un coche". La sorpresa fue mayúscula cuando el gobernador salió cubierto en sangre, apoyado en dos guardias civiles. Una ambulancia lo trasladó al ambulatorio de Valls donde no pudieron atenderle por falta de personal médico y posteriormente al Hospital Joan XXIII de Tarragona, donde le intervinieron de urgencia. Le extrajeron sendas balas del cuello y el pulmón y pudo sobrevivir a los disparos.
Juan Manzanares Ros fue condenado a 22 años de prisión por el suceso. No era ajeno al atraco de bancos. Tres meses antes había participado junto a su compañera sentimental, Josefa Sánchez, en el atraco de una sucursal del Banco Popular en Balaguer (Lleida). Robaron un botín de siete millones de pesetas, que nunca fue recuperado.
Durante el juicio, ambos acusados afirmaron que robaron para pagar la medicación de Manzanares, que sufría una enfermedad renal y recibía tratamiento de hemodiálisis tres días por semana.
Manzanares Ros, militante de Acción Comunista, también había intentado suicidarse en varias ocasiones. Su compañera Josefa Sánchez declaró que no les quedó otro remedio que robar debido a la enfermedad de él y no recibir subsidio: "Juan necesitaba unos cuidados especiales y era mejor que se comiera un bistec de ternera que uno de cerdo", declaró. Los siete millones sobados tres meses antes en la sucursal de Balaguer nunca se pudieron recuperar.