La incógnita sobre el crimen del empresario Jordi Comas Matamala, asesinado en su casa de Platja d'Aro en 2012, continúa sin resolver 11 años después. Unos ladrones entraron en su domicilio en noviembre, lo ataron y amordazaron hasta tal punto que murió por asfixia, según la autopsia. Nadie ha sido condenado por el homicidio.
El programa de real crime de TV3 Crims continúa este lunes con este asesinato lleno de interrogantes, tras un estreno de temporada con el asesinato de Marina Ruiz en Cervera. La semana pasada, el programa dirigido po Carles Porta emitió la entrevista a su esposa Carme Hospital, que también fue maniatada en el asalto al domicilio pero en una estancia separada a Jordi Comas, de modo que escuchó cómo su marido dejaba de respirar. Esta semana continúan con las evidencias y testigos de aquel crimen que conmocionó a los vecinos de la Costa Brava.
Jordi Comas era un conocido empresario y hotelero de Girona, vicepresidente de la patronal catalana Foment del Treball. En el momento del asalto, los atracadores le taparon la boca para evitar que gritara y murió por asfixia. Los mossos barajaron la hipótesis de que hubiera muerto a consecuencia de un infarto, ya que Comas padecía problemas de salud. Pero la autopsia reveló que le faltó la respiración durante el atraco.
Las pudientes urbanizaciones de la Costa Brava fueron víctima de una ola de robos en 2012. La policía catalana confirmó una veintena de robos con violencia en la zona, en algunos casos con familias dentro de casa. La residencia de Jordi Comas estaba en el punto de mira de los atracadores desde hacía semanas. El empresario fue víctima de otro asalto 19 días antes y la familia siempre sospechó que se trataba de los mismos autores.
Tres encapuchados intentaron entrar a su lujosa vivienda a finales de octubre de 2012 pero huyeron cuando saltó la alarma. Esta situación puso muy nervioso al empresario. Denunció el asalto antes los mossos y encargó la instalación de un nuevo sistema de seguridad, con cámaras de vigilancia. Mientras esperaban el nuevo sistema de vigilancia, Comas creyó que los hechos no se repetirían si la pareja permanecía en la vivienda, pero no fue así.
En el segundo asalto, los ladrones sabían que encontrarían al matrimonio despierto ya que irrumpieron por una ventana a las 22 horas de la noche. Querían que el matrimonio les indicara donde estaban las joyas y objetos de valor y se aseguraron de que la alarma no estaría activada a esa hora. Los maniataron por separado y amordazaron a Comas que murió por asfixia. Cuando su esposa Carme Hospital se zafó de las ataduras, avisó a la policía. Los ladrones ya habían escapado.
El juzgado de instrucción 2 de Sant Feliu de Guíxols dictó el sobreseimiento provisional de la causa por el asesinato de Comas en 2019. Pese a siete años de instrucción y quince detenciones, los investigadores nunca pudieron identificar al autor material de su muerte. Sólo se siguió la causa, mediante nuevas diligencias a tres arrestados - Valentino Gjeloshi, Ahmet Kurti y Mousa Allaoui - como sospechosos de robo con fuerza y detención ilegal. Kurti fue condenado a seis años de cárcel.
Las pruebas no eran concluyentes. Los restos de ADN que encontraron en la sangre de la camisa de Comas, que mordió a uno de los asaltantes cuando fue amordazado, no coincidían con el de los detenidos ni tampoco se encontraron coincidencias con la base de datos Codis.
Jordi Comas, que no tenía hijos, era propietario de varios hoteles en Platja d'Aro y estaba vinculado a diferentes asociaciones empresariales. Comas era presidente de la Federación de Hoteleros de Girona, vicepresidente de la Federación de Hostelería de Girona, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Sant Feliu de Guíxols, vicepresidente de la Unión de Empresarios de Hostelería de la Costa Brava Centro.
En diciembre de 2010, pasó a formar parte de la Junta Directiva de la patronal española CEOE. Comas tenía diferentes negocios vinculados al turismo y la restauración en el Baix Empordà. En Platja d'Aro, entre otros, es propietario del histórico hotel Costa Brava y del Hotel Aromar.