Josep Vilà, alcalde de Fogars de la Selva desde 1979: "Repito candidatura porque queda trabajo por hacer"

Josep Vilà es uno de los alcaldes más antiguos de Cataluña. Lleva 44 años al frente del Ayuntamiento de Fogars de la Selva (Barcelona) y 11 mandatos, ya que entró en 1979. Ha presentado candidatura para las elecciones municipales del 28 de mayo y confía en cumplir su duodécimo mandato. A los 72 años, ya está jubilado de su profesión de agricultor, pero se mantiene activo en la política municipal. Asegura que tiene trabajo por delante y se considera un "servidor" de su municipio.

Pregunta: 44 años al frente de un ayuntamiento. ¿No se cansa?

Respuesta: (Risas) Me lo preguntan muchas veces. Cuando haces una cosa a gusto, no cansa.

P: Ha compatibilizado el trabajo de alcalde con la agricultura.

R: Sí. Me he ganado la vida de 'payés' y he sido alcalde a tiempo parcial, pero mi actividad principal ha sido la 'payesia'.

P: ¿Le pide su familia que deje la política?

R: Mi familia siempre me ha dado libertad. Tenía 27 años cuando empecé de alcalde y aquí sigo.

P: ¿Por qué decidió presentarse en el año 79?

R: En la década de los 70 las cosas no eran como ahora en Fogars. Éramos varias masías dispersas y urbanizaciones sin legalizar, menos de 300 habitantes, y corrían rumores de que nos anexionarían a un pueblo vecino y nos convertiríamos en un vecindario. Estamos rodeados de poblaciones de envergadura como Sant Celoni, Tordera, Maçanet y Hostalric. Un grupo de vecinos nos unimos para evitarlo. Si nos hubiesen unido a otro pueblo habríamos perdido nuestra identidad. Fogars de la Selva tiene más de 1.000 años de historia, los primeros documentos que hablan de Fogars son del 970 en el monasterio de Sant Pere de Rodes.

P: ¿Cómo ha evolucionado la población desde que entró como alcalde?

R: Redactamos un plan general de usos de viviendas, regularizamos las urbanizaciones y ganamos habitantes. También creamos una pequeña zona industrial. Además, estamos entre Girona y Barcelona con entrada a la autopista del Maresme. Ha venido gente a vivir y esos 250 habitantes se han convertido en 1.700. Ahora hay un equilibrio. Hemos recuperado la escuela, tenemos un área de asistencia médica, supermercado, farmacia, talleres mecánicos, una guardería, un centro cívico y equipamientos deportivos. Y estamos muy orgullosos de nuestra policía local abierta las 24 horas. Eso nos hace sentirnos seguros. Muchos pueblos de características similares tienen servicio de vigilancia.

P: ¿De qué se siente más orgulloso?

R: Ver que año tras año las propuestas se van consolidando. Somos un grupo independiente. Eso a veces hace que tengamos que trabajar más pero no somos partidarios de hacer propuestas que no podamos cumplir. No es fácil, hemos luchado pero cuando crees en ello te sientes orgulloso de servir a tu pueblo.

P: ¿Por qué se ha seguido presentando?

R: Siempre quedan cosas por hacer. El temporal Gloria se llevó hectáreas de cultivo junto al río Tordera. Algunas intervenciones no se han podido completar. Un grupo de viviendas que hay cerca de la iglesia están en peligro constante de nuevas riadas. Es un trabajo que nunca se acaba. Somos responsables de que se lleven a cabo las peticiones y de mantenerlo. Cuando creas un equipamiento es tan difícil el mantenimiento como la propia obra.

P: ¿Por qué no se casan con ningún partido?

R: Fue nuestra decisión cuando nos constituimos. Primero porque la ideología política de cada cual es diferente y porque nos sentimos muy bien con esta libertad. Los partidos dan el trabajo hecho y sin ellos a veces es más complicado conseguir cosas pero de los que empezamos quedamos dos y mantenemos esta independencia.

P: ¿Cuáles son sus principales adversarios?

R: En los últimos años han sido ERC y el PSC y supongo que se volverán a presentar. Veremos qué deciden los vecinos.

P: ¿Cómo ha cambiado la política municipal a lo largo de estos años?

R: Han cambiado las personas. Cuando entramos, nos encontrábamos a gente mayor que llevaba años acostumbrada a otro tipo de administración y a una forma de trabajar. Ahora hay gente joven con criterios diferentes a los que estábamos acostumbrados. Creo que podemos mejorar muchas cosas poniendo en práctica el modernismo, pero respetando la experiencia de la gente del pasado.

P: Frente a otros municipios de la España vaciada, Fogars ha multiplicado su población por seis. ¿Le han pedido consejo otros alcaldes?

R: No somos un pueblo que se dedique en exclusiva a una actividad determinada. Otros pueblos pequeños tienen menos posibilidades de sobrevivir porque están en la alta montaña, sin posibilidades de industria. Fogars está entre dos viales de autopista y cerca de la Costa Brava, tenemos una diversidad que tal vez otros no tienen. Y de la agricultura no queda nadie. Como 'payés', me hacía ilusión crear una cooperativa que viviera de ello. Teníamos un plan de regadío a partir del río pero no se pudo llevar a cabo. Ya nadie vive de la agricultura, los que quedaban lo han dejado porque no se ganaban la vida. Yo he sido un romántico y he hecho equilibrios para subsistir, a veces con varios trabajos.