Marinaleda y su alcalde, Juan Manuel Sánchez Gordillo, casi siempre se han escrito en líneas cercanas. Nació en Aguadulce, Sevilla, hace 74 años. Llegó al poder en la transición y aquí ha estado hasta que este jueves ha anunciado que no se presentará a las elecciones. 44 años han dejado muchos titulares de un hombre que ha marcado la historia de un pueblo con poco más de 2.600 habitantes. Vinculado desde siempre al movimiento nacionalista andaluz y a la lucha obrera y sindical, Sánchez Gordillo aprovechó su llegada a la alcaldía para poner en marcha su particular revolución comunista. Su trabajo no se quedó ahí, también lo compatibilizó con el de diputado por Izquierda Unida (IU) en el Parlamento de Andalucía desde 1994 hasta 2000 y desde 2008 hasta 2014.
Antes de todo esto, estudió Magisterio y ejerció de maestro en Marinaleda, profesión que terminó aparcando al centrarse en la política. Desde su llegada, las primeras elecciones municipales tras el franquismo, impulsó varias medidas vinculadas a su pensamiento político, como la construcción de viviendas para alquiler social y a un precio insignificante. También fue el artífice de la creación de una cooperativa en la cual participen los trabajadores del campo, evitando así la existencia de terratenientes. Y puso en marcha unas asambleas en las que los vecinos puedan hacer sentir su voz sobre cuestiones relacionadas con el pueblo.
En las elecciones de 2008 fue elegido diputado del Parlamento de Andalucía por IULV-CA, representando a la provincia de Sevilla. Asimismo, es el máximo responsable de la Candidatura Unitaria de Trabajadores (CUT), partido político integrante de IU desde su fundación y hasta 2015. Es también miembro del Comité Nacional del SAT y hasta la salida de la CUT de IU era miembro del Consejo Político Federal de IU, así como Secretario de Soberanía Alimentaria de la coalición izquierdista.
En diciembre de 2011, el I Congreso del SAT lo eligió miembro de su Comité Nacional. En febrero de 2012 IU lo designó cabeza de lista por la provincia de Sevilla para las elecciones andaluzas del 25 de marzo de 2012. En dichas elecciones su partido ascendió hasta convertirse en la tercera fuerza política, decisiva para decidir con el PSOE un gobierno de izquierdas. En este contexto, Sánchez Gordillo se opuso a formar un gobierno conjunto con el PSOE, amenazando con la salida de la CUT de IU.
Más allá de la política local, Sánchez Gordillo también ha estado involucrado en algunas jornadas de protesta y acciones sorpresa que han acaparado las portadas de los medios de todo el país. Especialmente sonadas fueron el cierre del acceso a la Expo 92 en Sevilla, o el bloqueo de las vías del AVE en Córdoba. O cuando lideró el asaltó, junto a centenares de sindicalistas, a varios supermercados en el año 2012, para entregar los alimentos a familias necesitadas.
Se marcha después de haber ganado once elecciones consecutivas, casi todas por una mayoría abrumadora y sin ninguna rivalidad importante hasta las últimas elecciones. Si parecía que la noticia podría darse, la de su retirada, era por su estado de salud. Antes de las últimas elecciones municipales, Sánchez Gordillo sufrió un ictus que le obligó a ocupar un rol secundario y dar la responsabilidad de la gestión del pueblo al concejal Sergio Reyes.
De hecho, el actual alcalde ya señaló que en los próximos comicios cedería el relevo a su mano derecha. Y, aunque se presentara él, las cosas parecían haber cambiado: en 2019 ya estuvo a punto de perder la alcaldía después de que se organizara una coalición opositora de izquierdas, Avanza Marinaleda, con el objetivo de desbancarlo. Hubo sólo cuarenta votos de diferencia. También tuvo parte del pueblo protestando en 2021 tras el despido de una empleada que consideró su situación injusta. Quién sabe si con su salida definitiva, se apaga para siempre la llama revolucionaria en el pueblo.