26 años para el asesino de Vianca: estaba embarazada y apareció muerta en un río de Granollers

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha confirmado la sentencia que condenó al asesino de Vianca, cuyo cadáver fue encontrado dos meses después de desaparecer en la ribera del río Congost, en Granollers (Barcelona) hace cuatro años.

La sala de apelaciones del tribunal ha confirmado este miércoles 4 de enero la sentencia que le impuso en octubre de 2022 la Audiencia de Barcelona. El hombre deberá cumplir con 26 años de cárcel y cinco de libertad vigilada una vez salga de prisión.

La sentencia también le condenó a 14 años de alejamiento de la familia directa de la víctima, así como a una indemnización de 300.000 euros para el hijo de la víctima, 120.000 euros para su madre, y 50.000 euros para cada uno de sus hermanos.

Vianca tenía 25 años y estaba embarazada

Vianca tenía 25 años y estaba embarazada de dos meses cuando fue asesinada por su pareja la madrugada del 17 de julio de 2018. Su cadáver no se encontró hasta dos meses después en la ribera del río Congost. El tribunal no tiene dudas de que fue "una muerte violenta, homicida y, evidentemente, intencional".

La cabeza de la víctima se encontró en el interior de un colector, con una bolsa de basura "fuertemente anudada en el extremo". Aunque no se pudo confirmar la causa de la muerte, en el juicio se apuntó el estrangulamiento como la más probable.

Esa noche, ambos discutieron en el piso donde convivían. La sentencia considera probado que los dos se encontraron más tarde cerca del río, "en un lugar solitario, apartado y muy poco frecuentado a esas horas de la noche, con lo que las posibilidades de defensa de la víctima eran prácticamente inexistentes".

A partir del 17 de julio de 2018, la familia y amigos de Viana ya no volvieron a tener noticias de ella. No hubo movimientos bancarios, no se registró ninguna actividad telefónica y no tuvo contacto con su hijo, menor de edad, ni con ninguno de sus familiares más directos. El acusado tampoco intentó ponerse en contacto con ella a partir de esa fecha, pese a que el día anterior a su muerte llegaron a enviarse hasta 178 mensajes de texto.

Me dio una golpeada que casi me mata

Mensajes que también han servido para probar el hombre la maltrataba física y psicológicamente. “Me dio una golpeada que casi me mata”, explicaba la víctima en un audio que envió días antes de su muerte. De su contenido "se desprende la angustia, el miedo y el profundo temor que sentía por los golpes que había recibido", ratifica la sentencia.

Agresiones que ella misma explicó a sus amigos y familiares, testigos en el juicio. Intentos de estrangulamiento, señales y marcas corporales que las agresiones le dejaron en su cuerpo, cuando la encerraba en casa sin poder salir, e incluso cuando la echaba de su propio domicilio a media noche junto a su hijo menor de edad.

En definitiva, "el verdadero calvario" que culminó con la agresión que acabó con su vida la madrugada del 17 de julio.