Sonia y Pablo, la primera pareja en Cataluña que logra el permiso de paternidad por un hijo fallecido antes de nacer
La Seguridad Social denegó el permiso de paternidad porque el hijo nació muerto
El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha otorgado el derecho al permiso al padre
Una pareja que perdió a su bebé regala al Hospital Trueta de Girona una cuna "para alargar las despedidas"
Sonia Ros y Pablo Tebar, una pareja de Tordera (Girona), han logrado que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) conceda el permiso de paternidad al padre por perder hace más de un año y medio a su hijo Àlex, fallecido la semana 36 tras una cesárea.
Según ha avanzado La Vanguardia y ha podido confirmar NIUS, la madre sí que tuvo derecho al permiso pero la Seguridad Social se lo denegó al padre al considerar que el niño había nacido muerto y "no cumplía las condiciones".
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Según los padres, es una incongruencia que concedan a la madre el permiso si el bebé ha superado los 180 días de gestación, pero no al padre: "Ella ha sido madre, y yo, padre", dice Pablo, quien considera que con la denegación del permiso también se toma el derecho de "llorar a tu hijo muerto".
¿Qué ocurrió?
Álex tenía que nacer por cesárea, que ya estaba programada, pero seis días antes la madre empezó a sangrar y acudió al hospital, donde le detectaron desprendimiento de placenta y le hicieron una cesárea de urgencia. El pequeño nació sin vida a las 36 semanas de gestación.
La empresa tramitó a Pablo la baja de paternidad, convencidos de que le correspondía la prestación, pero cincuenta días después les llegó una carta de la Seguridad Social que decía que no tenía derecho porque el bebé había nacido muerto.
¿Cómo lo han logrado?
La pareja inició el recorrido judicial al ver que la madre obtuvo el permiso material y el padre no. Consideraron muy injusto no poder tener el permiso de paternidad para poder cuidar a su mujer y recuperarse emocionalmente. En enero de 2022 un juzgado de Mataró les dio la razón pero en mayo la Seguridad Social recurrió la decisión y ahora el TSJC ha ratificado que Pablo tiene derecho al permiso.
Sin embargo la batalla aun no ha terminado porque tras la decisión del TSJC puede haber recurso y es muy posible que sea el Tribunal Supremo quien acabe dictando jurisprudencia sobre un tema por el que muchas familias afectadas se están empezando a movilizar.
De hecho, los padres de Álex confían en que su victoria anime a otras familias a reclamar y visibilizar el duelo perinatal.
¿Qué dice la ley?
Según el artículo 26.7 del Real Decreto 295/2009, que regula los permisos de maternidad y paternidad, el padre (o segundo progenitor no gestante) no tiene derecho a gozar del permiso de paternidad si el niño muere antes de nacer. Pero este caso se ha ganado porque han hecho valer una legislación posterior , el Real Decreto 6/2019 , que equipara los permisos por nacimiento y cuidado de menor.
En el caso de la mujer, tiene derecho al permiso de maternidad a partir de los 180 días de gestación, aunque el hijo nazca muerto.
La legislación considera que se trata de un bebé cuando ha superado los 180 días de gestación, pero cuando nace muerto se considera que es un feto. Es decir, si Álex, Sonia Ros y Pablo Tebar, hubiese muerto un minuto después de nacer, Pablo sí tendría el permiso.
En este sentido, es uno de los primeros casos en Catalunya en que se da la razón a los padres después de que entrara en vigor la ley de igualdad.
¿Cómo lo vivió la pareja?
Sonia y Pablo aseguran desde que ocurrió la tragedia hace más de un año y medio han necesitado seis meses de tratamiento psicológico.
Según explica la madre, deniegan el permiso porque ya no existe el cuidado del recién nacido, pero recuerda que sí es necesario un cuidado psicológico para pasar el duelo: "Necesitas a tu pareja al lado y, si no es con esta prestación, que ideen otro tipo de ayuda", añade.
De momento tampoco han podido inscribir a Álex en el libro de familia, detrás de su otra hija, Sara, que tiene seis años, sino en el de feto: el registro civil legajo de abortos. Ésta es la segunda lucha que tiene pendiente el matrimonio.