149 grandes centros urbanos españoles deberían implementar la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) desde el 1 de enero de 2023. Un plan anticontaminante que de momento no se cumple en los lugares con más de 50.000 habitantes. Sin embargo, lugares como Barcelona o Madrid sí cuentan con delimitaciones pese a no efectuarse en la totalidad de sus áreas metropolitanas.

La capital catalana instauró la ZBE en 2020 y se ha ampliado en más de 95 kilómetros cuadrados durante dos años. Concretamente en l'Hospitalet de Llobregat, Sant Cugat del Vallès, Sant Joan Despí y Sant Adrià de Besòs, mientras que Cornellà y Esplugues de Llobregat cuentan con restricciones parciales.

Cinco ciudades cumplen antes del término fijado por la Ley de Cambio Climático a diferencia del resto del territorio catalán, que debería aplicarlo en 23 municipios. Esta incerteza ha aumentado en el último año, después de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) en el pasado mes de marzo, que anulaba la ZBE de Barcelona.

No obstante, el consistorio recurrió y la ordenanza se sigue aplicando actualmente en las zonas de acceso a las rondas de la ciudad para todos los vehículos que no lleven la etiqueta. Estos son los coches que no pueden entrar en 2023:

Los vehículos afectados por esta restricción son los vehículos ligeros como motos, ciclomotores y turismos sin etiqueta ambiental. Es decir, que aquellos que no cuenten con el sello 0, B, C, ECO o Cero Emisiones no podrán entrar por las zonas delimitadas de 7 a 20 horas entre semana.

De este modo, los coches de gasolina matriculados antes del 2000 y los diésel anteriores al 2005/2006 no podrán entrar, del mismo modo que las motocicletas y ciclomotores, anteriores al 2003.

Las restricciones también afectan a las furgonetas, los camiones y los autobuses sin etiqueta. En el caso de las furgonetas (categoría N1) de gasolina, matriculadas antes del 2000, y los diésel de antes del 2005 o 2006 no pueden entrar desde el 1 de abril de 2021.

Para los camiones (N2,N3) y autocares pequeños (M2), que se han matriculado antes del 2006 o 2007, tampoco lo hacen desde el 1 de enero de 2022, así como los autobuses y autocares (M3) destinados al transporte colectivo del mismo año desde el pasado 1 de julio.

El Ayuntamiento de Barcelona confirmó en octubre la modificación de la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), entre ellas a profesionales que estén cerca de jubilarse, familias que ingresen menos de 16.000 euros y desplazamientos por averías, sufrir enfermedades o tener movilidad reducida.

Esta actualización de la normativa sirvió para ajustarse a lo sentenciado por el TSJC, que consideraba de excesiva las restricciones en el ámbito geográfico y en el tipo de vehículos afectados.

Entre las novedades, también ampliaron los permisos temporales para circular por el área, con dos al mes. En concreto, los automóviles sin etiqueta ambiental pasaron de 10 a 24 autorizaciones durante el año.

Ahora está por ver cuándo será una realidad la ampliación de este tipo de restricciones en las localidades de más de 50.000 habitantes y los municipios de más de 20.000 habitantes que superen los valores límite de contaminantes regulados, según el Ministerio de Transición Ecológica. 

De momento, aquellas localidades afectadas siguen dotándose de medios para llevar a cabo su obligación. Es el caso de Mataró, que se coordinarán con la Associació de Municipios de Cataluña para establecer las zonas de bajas emisiones.

Según han explicado a NIUS, algunos municipios veían con buenos ojos esperar a que se publicase el decreto sobre la ZBE para "tener seguridad jurídica" y posteriormente ponerlo en marcha. En esta línea, el Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto aprobar una nueva ordenanza en el primer pleno de 2023 para dar respuesta a la sentencia del TSJC.