Fugas, motines y ejecuciones a garrote vil en La Modelo de Barcelona: "Es la gran cárcel visitable en España"

  • El centro penitenciario abrió sus puertas al público en 2019 y ya la han visitado más de 150.000 personas

  • "El atractivo de esta cárcel es su historia, el anarquista Puig Antich fue el último ajusticiado en 1974 por la dictadura franquista"

  • Salvador Companys, Puig Antich o 'El Vaquilla' han sido algunos de sus presos ilustres

Las entrañas de la antigua cárcel La Modelo de Barcelona ha levantado el interés de más de 150.000 personas desde que el centro penitenciario cesó en sus funciones para abrir al público en 2019. Este edificio, memoria histórica de la capital catalana, genera la atracción de un turismo carcelario en auge donde son pocos los que se resisten a conocer las peculiaridades detrás de las rejas.

El éxito de La Modelo recae por el componente histórico en sus 113 años de funcionamiento. Desde fugas, motines y protestas a ejecuciones a garrote vil, como la de Salvador Puig Antich en la sala que se convertiría poco después en la paquetería de la prisión.

La historia de este lugar empezó en 1904, cuando se levantó el edificio en el extrarradio de la ciudad, ocupando dos islas de l'Eixample con un diseño arquitectónico innovador en forma de panóptico. Así, en el cuerpo central se ubicaban los vigilantes y nacían radialmente seis galerías con unas 600 celdas.

Un espacio único que le convierte en la "gran cárcel visitable" en España. "El mejor ejemplo a nivel nacional de puesta en valor", según Pablo Díaz Luque, profesor de los Estudios de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Cataluña (UOC).

24 ejecuciones y 13 reclusos famosos

De hecho, la entrada del público al recinto es por el mismo lugar que lo hacían los presos antiguamente. Esta inmersión al pasado, en pleno centro de Barcelona, recoge los sucesos más conocidos entre sus muros, como las 24 ejecuciones y la estancia de 13 reclusos famosos, entre ellos Juan José Moreno 'El Vaquilla', quien protagonizó uno de los motines más mediáticos de la época en abril de 1984; o el pintor y poeta Helios Gómez, que trazó en 1950 la Capilla Gitana en una de las celdas.

"El atractivo de esta cárcel es la historia de la ciudad de Barcelona. El anarquista Puig Antich fue el último ajusticiado en 1974 por la dictadura franquista, que también persiguió a homosexuales con un centro de internamiento en la prisión. Por ello, una parte de turistas quieren saber los acontecimientos que se vivieron y otros conocer aquellos pasajes oscuros".

"Es un edificio muy emblemático y potente. Reúne muchos alicientes para ser visitado. Hay otras cárceles que no tienen tanto valor histórico. No son aprovechadas e incluso acaban derruidas", reconoce Díaz Luque.

Sin embargo, las miles de visitas que recibe la antigua cárcel catalana no se deben a su accesible localización. "Hay otras que no están tan bien situadas, como la de Alcatraz (Estados Unidos), que hay que coger un ferry para visitarlo. Incluso centros de concentración que requieren desplazamientos. La Modelo cuando se construyó no estaba en medio de la ciudad", añade.

De hecho, se convirtió en el lugar donde fueron encarceladas las personas participantes en revueltas de todo tipo. Durante el Franquismo, las celdas de este recinto acogieron a miles de presos políticos, sobre todo durante la década de 1940, durante la gran represión de la Posguerra. Esto provocó una excesiva masificación de la prisión en el año 1941.

Por el centro penitenciario también pasaron personajes como Francesc Ferrer Guardia, condenado a muerte por un consejo de guerra que lo acusó de haber sido uno de los instigadores de los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, o Lluís Companys, el 123º president de la Generalitat de Cataluña que murió fusilado por las tropas franquistas tras su exilio al término de la Guerra Civil.

Este pretexto ha llamado la atención del público, intrigado por conocer las huellas de los internos impresas en cada rincón de la cárcel. Un espejo de la historia en el que el morbo también juega su papel.

"Hay un sector de la población que va a las cárceles porque ha habido torturas y ejecuciones. Pero no todos acuden por eso. También hay quien tiene un compromiso social o político, y quiere tomarlo como patrimonio. También los que van por el simple afán de ocio y hacerse fotos, añade José Ubieto, profesor de los Estudios de Psicología de la UOC.

El mejor ejemplo es el campo de concentración de Auschwitz. "Forma parte de lo que consumimos. Hay un claro afán de mostrar que uno no se pierde nada de interés y que puede afirmar '¡yo estuve allí!', puesto que todas estas visitas se fotografían y se viralizan después". De hecho, "muchas de estas cárceles ya son virales en películas que sirven de guía", matiza.

La Modelo del futuro

Su transformación sigue en proceso y hay previstos un polo de equipamientos y un parque urbano para el 2026. Este proyecto de ordenación por parte del Ayuntamiento de Barcelona permitirá transformar la topografía del barrio, en el que se construirán en una primera fase un instituto escuela, un polideportivo y un espacio Memorial.

El panóptico también se ampliará y se crearán "nuevas relaciones" entre el interior y el exterior. También se creará una guardería, una residencia, un espacio para jóvenes y espacios de economía social y solidaria. Este cambio abismal también prevé un total de 121 viviendas. Una remodelación que seguirá preservando la historia de la que fue la cárcel más famosa de Cataluña.