El Zoo de Barcelona adapta sus instalaciones para que la tarántula de los codos rojos y el escarabajo Hércules se sientan como en casa
Los 33 terrarios están personalizados con la vegetación propia que necesita cada animal
Controlan a tiempo real el grado de humedad, insolación y temperatura que necesita cada invertebrado
Hacen un seguimiento exhaustivo ya que si cambia la temperatura de un terrario se puede perder todo
Recrear 33 terrarios para insectos individualizados y con distintos parámetros de luz, humedad y temperatura no es tarea fácil. La intensidad lumínica que necesita un hormiguero para subsistir no es la misma que la que requiere un escarabajo de Madagascar. Pero en el Zoo de Barcelona lo han conseguido y han creado un espacio de 400 metros cuadrados dedicado exclusivamente a los invertebrados, que representan al 97% de los animales del planeta.
Uno de los mayores retos a los que se han enfrentado los cuidadores ha sido recrear entornos similares a los que estas especies tienen en la naturaleza. Lo han tenido que hacer en espacios relativamente pequeños que cumplieran las máximas condiciones de bienestar animal. "No es lo mismo crear una instalación para leones que para insectos. El control y seguimiento de estas instalaciones es más complejo que la de los grandes vertebrados. Si cambia la temperatura de un terrario se puede perder todo, en un espacio mucho más pequeño tiene que recrear y sobre todo controlar una calidad exacta", explica Antoni Alarcón, biólogo y promotor del proyecto.
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Microhábitats personalizados para cada especie
A la hora de diseñar los espacios para las 33 especies de invertebrados han tenido en cuenta tres necesidades básicas: la ambiental, la nutricia y la del entorno. A partir de aquí, han ido construyendo los distintos terrarios y acuarios, en función de las características que necesita cada animal para sobrevivir.
Han diseñado cinco grandes ámbitos: mediterráneo, selvas, islas, mariposas y el ámbito doméstico. Cada uno requiere unas necesidades específicas, por ello, para llevar un control exhaustivo de las condiciones ambientales, han implementado una tecnología capaz de monitorizar y controlar a tiempo real el grado de humedad, insolación y temperatura que necesita cada invertebrado. "El primer reto desde el punto de vista tecnológico ha sido lograr que todos los terrarios estén individualizados y con un control remoto que controle estos parámetros", añade Alarcón.
Además, han tratado de diseñar escenarios lo más parecidos posibles a los de la vida real. La mayoría de los insectos viven asociados a un determinado tipo de vegetación y, si bien no han podido traer plantas procedentes de La Selva o Madagascar, han tenido que encontrar las que más se asimilan.
El control y seguimiento de estas instalaciones es más complejo que la de los grandes vertebrados. Si cambia la temperatura de un terrario se puede perder todo
"Esto nos ha comportado una complejidad ya que son muy distintos entre sí los microhábitats de cada animal. Por ejemplo, hay insectos, como los escarabajos, que viven bajo tierra y necesitan hacer galerías el sustrato del terrario, por lo tanto, que les hemos puesto arena. En cambio, hay otros animales que el sustrato es hojas y otros que viven en agua, por lo tanto, se ha recreado un acuario. Tenemos también las hormigas que cortan hojas, por lo tanto, hemos tenido que poner las plantas y los pétalos que ellas cortan y llevan al hormiguero", señala el biólogo.
También han tenido que aprender las condiciones para las fases larvales de cada insecto. "Hemos tenido que asegurarnos de que haya también las plantas nutricias que necesitan los insectos en las fases larvales. Una mariposa, por ejemplo, en su fase inicial es una oruga que come muchas hojas, en cambio, cuando crece la mariposa no come hoja. En los laboratorios tratamos de garantizar esta reproducción optima de cada especie", explica el experto.
Otra de las características de este nuevo espacio es que, a diferencia de las instalaciones recreadas para los animales vertebrados, esta irá cambiando a lo largo del tiempo. "Cambiará a medida que tengamos nuevas especies, mejoremos e incrementemos los programas de conservación. Es importante dominar el manejo de estos animales y por eso hemos tardado un poco más de tiempo en crear estos espacios. Ahora ya tenemos un equipo de cuidadores expertos en los invertebrados", explica Alarcón.
Las especies más sorprendentes
En estos momentos, la mayoría de las especies que tienen son de la biorregión mediterránea, pero también hay animales procedentes de distintos puntos del planeta. Estos son algunos de los más sorprendentes:
Mediterráneo:
- Triops: es un género de crustáceos muy antiguo. Se han hallado fósiles de hace aproximadamente 300 millones de años. En Cataluña encontramos el lago de Espolla.
- La Empusa pennata: es la única especie de los empúsidos que se puede encontrar en Cataluña. Vive en partes de vegetación media y se alimenta de insectos voladores.
Islas:
- La cucaracha gigante de Madagascar: puede llegar a medir más de siete centímetros. Es de las más grandes del mundo. Cuando se siente amenazada produce un silbato y libera aire por los agujeros respiratorios. No tienen alas. Algunas personas las tienen como mascotas.
- El insecto bastón azul: buscan camuflarse en la vegetación de sus hábitats. El macho, originario de Madagascar, tiene unos colores de lo más llamativos, azul eléctrico y naranja. Puede llegar a medir 13 centímetros de largo y, la hembra hasta 18 centímetros.
Mundo selvático
- El escarabajo Hércules: está considerado el animal más fuerte del mundo en proporción a su tamaño. Sus larvas se alimentan de madera en descomposición y tardan tres años en desarrollarse. Su cría en cautiverio no es fácil. Pueden alcanzar una longitud de hasta 17 centímetros. Se encuentran en los bosques y selvas de Centroamérica y Sudamérica.
- Tarántula de los codos rojos: habitan la zona oeste del Pacífico de México.
- La hormiga cortadora de plantas
La mayor instalación del espacio es un mariposario, donde se puede observar y comprender el proceso de metamorfosis de las mariposas. Además, incorpora un laboratorio visible para el público. Los últimos terrarios son los dedicados a los insectos de ámbito doméstico con los que pretenden acercar a los visitantes a las características de las especies de invertebrados que habitan en nuestros hogares, en rincones tan cotidianos como los armarios, terrazas y jardines.
"Es una instalación muy compleja pero obligada porque si faltan invertebrados en nuestro planeta no tendremos vertebrados. El 97% de los animales son invertebrados y muchos están siendo amenazados, más incluso que algunos vertebrados", concluye Antoni Alarcón.