La media de estancia de un prematuro (los que nacen por debajo del 1,5 kg, o los prematuros extremos, que nacen en la semana 26-27 de gestación, con un peso inferior al kilo) en la UVI de un hospital como el de La Paz, de Madrid, supera los 100 días. Y durante todo ese tiempo ( y el que haga falta) los padres de los niños y niñas está ahí, al pie del cañón, cuidando de ellos, dándoles sus caricias, su calor. Es una situación muy estresante que trata de evitar un espacio concebido para su descanso, dentro del mismo hospital.
Gracias a la Fundación Ronald McDonald, el hospital madrileño de La Paz, referencia en la atención a los recién nacidos con problemas graves, cuenta con una "sala familiar", situada en la misma planta del servicio de Neonatología. Se trata de un espacio dotado con cocina, aseos con ducha, salas de estar con televisión, salas con sillones convertibles para un descanso total, con espacios para juegos y libros, en el que las familias de los recién nacidos ingresados pueden descansar y volver al cuidado necesario de sus bebés, sin el estrés o el cansancio que nada bueno les aporta.
Es la primera sala familiar que se abre en un hospital español, aunque la Fundación Ronald McDonald, tiene otras similares en Europa y el resto del mundo. Aunque hoy ha sido la inauguración oficial, la sala familiar de La Paz lleva dos meses abierta a todos los padres, madres y familiares de los recién nacidos hospitalizados. En este tiempo han pasado por ella casi 200 personas, el 20 por ciento, menores, hijos de esos hombre y mujeres que esperan la recuperación de su bebé.