A sus 90 años, José recuerda perfectamente el enfado que sintió el día que, siendo niño, una vecina le tiró un cubo de agua por encima en plena calle: "Me mojó los cuatro duros que tenía en billetes en el bolsillo", cuenta entre risas. "Ahora me hace gracia, pero en su momento me enfadé muchísimo", confiesa.
Es uno de los vagos recuerdos de la infancia que permanecen en las memorias de quienes ya han cumplido una edad. En lo más profundo de sus mentes pueden guardarse cual tesoros, esperando a ser desempolvados por una conversación. Y eso es justo lo que ha pasado en la Residencia de Mayores San Carlos de Archidona, en Málaga, donde se han propuesto sacar a la luz la infancia y la niñez de sus usuarios.
Para ello se ha unido la memoria de sus mayores con las más recientes técnicas de Inteligencia Artificial. Mediante una aplicación de generación de imágenes se le ha podido dar forma a sus recuerdos: "Nos entrevistamos con ellos, les pedimos que relatasen una anécdota agradable o positiva de su pasado, y la IA ha generado una imagen para ilustrarlo", dice Franci Montenegro, monitor de tiempo libre de la residencia.
Graciela Riverol tiene 70 años. Su memoria sigue joven y sus recuerdos intactos. Su infancia la pasó en Argentina, rodeada de la familia y de la persona más especial para ella: su abuela. "Un día nos dijeron que vendría un cometa que no podíamos perdernos, así que me senté con mi abuela en medio de un campo a observar el cielo", cuenta.
Mientras lo narra, a su cabeza se viene una imagen que había perdido, justo la que la IA le ha devuelto. "Yo estaba sentada en un montículo de tierra que resultó ser un hormiguero, me he sentido muy feliz al ver la foto", dice. "Ha sido muy emocionante y ojalá esta iniciativa se lleve a cabo en otras residencias".
A Antonio todavía le cuesta hablar de sus abuelos. Tiene 94 años y sigue llorando la pérdida de los suyos: "Cuando tenía cinco años fallecieron mis padres y me fui a vivir con mis abuelos". Entre lágrimas cuenta que tuvo una infancia feliz rodeado de burros, tierras y sus cuatro hermanos. Le gustaba ayudar con los cuidados de los animales: "Siempre me acuerdo de cuando agarraba a los burrillos y los llevaba al campo", recuerda.
La Inteligencia Artificial ha captado al vuelo su memoria y ha dibujado a un niño que, junto a su abuelo, pasea al lado de un burro. "Me he puesto muy contento", dice emocionado.
Esas tres imágenes son las que más han gustado al personal de la residencia, porque una vez terminadas, expusieron todas las fotografías a concurso. Pero en total han sido 20 los ancianos que han participado en esta iniciativa que convierte la memoria en arte.
La Inteligencia Artificial ha vuelto a dar vida a unos momentos que ya pasaron, transformando sus relatos en imágenes tan reales como sus emociones.
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