Así es la persecución de las narcolanchas en las autopistas fluviales de la droga en el Estrecho

Guardia civiles y narcotraficantes mantiene una pugna constante en las principales vías fluviales que desembocan en las proximidades del Estrecho de Gibraltar en lo que ya se consideran verdaderas autopistas de la droga. Informativos Telecinco ha acompañado a uno de las embarcaciones de la Benemérita en constante persecución de las narcolanchas. Son equipos que batallan contra estos delincuentes en ríos como como el Guadalquivir, el Guadalete o el Barbate. Informa Luis Quintana.

Malena Guerra ha podido comprobar en una de estas embarcaciones el trabajo de estos profesionales que luchan sin descanso para evitar la entrada de droga en nuestro país. Enfrente tienen a poderosas organizaciones bien pertrechadas de medios y capaces de desafiar cualquier limitación con tal de entregar la mercancía curso arriba.

¿Cómo es una persecución en un río tan transitado como el Guadalquivir?

Este martes se ha conocido el último episodio de este acoso a los narcotraficantes con la muerte ahogado de uno de ellos tras una persecución y posterior choque. Uno de los agentes de la Guardia Civil se lanzó al agua para tratar de salvarlo, pero nada se pudo hacer por su vida. La goma intervenida ya está en poder judicial así como tres detenidos que transportaban más de seiscientos kilos de hachís.

Las persecuciones son una de las acciones más espectaculares contra los narcotraficantes. Víctor Astasio, comandante del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, reconoce que se enfrentan a profesionales que conocen bien los cursos fluviales y "intentan determinar dónde se encuentran nuestras patrullas para intentar eludir la acción policial".

El operativo está siempre condicionado a la ubicación "de nuestras patrullas marítimas, terrestres y aéreas" y cómo vaya "cargada la embarcación" ya que intentarán estar el menor tiempo posible en acción para eludir el dispositivo de seguridad.

En esta batalla tan desigual, el medio en el que se desarrolla condiciona mucho el éxito de la operativa policial. Este responsable de la Guardia Civil cuenta que trabajan en un río con una extensión enorme que cuenta con los numerosos caños, marismas, "lo que dificulta la navegación".

Las persecuciones en el agua entrañan peligros añadidos, cuenta, porque "no estamos en una carretera". Según su descripción, "a altas velocidades, el mar y el viento ejercen fuerzas sobre las embarcaciones, a la que se añade las que se provocan entre ambas". A eso, añade, "las mismas embarcaciones, cuando se encuentran en persecución, hacen unos movimientos en el agua que afectan de la misma manera una a la otra".

Los ríos que los narcotraficantes utilizan como verdaderas autopistas de la droga sirven también como refugio a los delincuentes, ya que "suelen resguardarse cuando es temporal por la dificultad de mantenerse en alta mar".

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