Imaginen una tarde de primavera en una taberna cualquiera de Sevilla. El olor a azahar inundando las calles, mientras que junto a la barra del bar se mezclan las cañas con las raciones de adobo y bacalao. En el ambiente, suena una marcha de Semana Santa, y en la mesa del fondo, un grupo de jóvenes de no más de 30 años, hablan de cirios, costales, palios y crucificados.

Es una típica escena que se repite durante los días de Cuaresma en la provincia de Sevilla; y hay un pintor y escultor de Utrera que ha querido plasmarlo en un dibujo: "un papel de pescado frito donde, entre manchas de aceite y restos de comida, se revela el rostro de Cristo, como si del paño de la verónica se tratara".

Es la explicación a su obra que da Gonzalo Quesada, el joven autor del cartel de la Cuaresma 2025 de la Tertulia Cofrade "La Freidora". Un detalle inesperado y simbólico con el que quiere destacar que "Cristo está presente en los momentos cotidianos de nuestras vidas, incluso en algo tan sencillo como una comida entre amigos".

Un papelón de "pescaito frito", restos de aceite, cáscaras de avellanas y la chapa de una cerveza. Con todos esos símbolos el autor quiere recordar que "la fe no se vive solo en los templos o en los momentos solemnes, sino también en los encuentros y en los gestos más simples"

Este cartel, con su toque desenfadado, no ha dejado indiferente a quienes se han topado con él: "esto será una broma, ¿no?", dice un usuario de la red social X. Aunque lo cierto es que a la mayor parte de los espectadores les ha parecido una idea de lo más original y certera.

"Un discurso respetuoso y con buen humor", "enhorabuena al creador de este cartel, una obra de arte, que ni mucho menos ofende a la tradición", "a originales no os gana nadie", son algunos de los comentarios que pueden leerse junto a la publicación que muestra la obra.

No es la primera vez que Quesada enciende las redes con su forma de expresar o de ver la Semana Santa. "Somos una tertulia joven, tenemos entre 25 y 30 años, y tenemos una forma de entender la cofradía un poco más desenfadada, nos gusta esta forma más canalla de comunicar", dice el artista. Con ello hace también referencia al cartel que usó para el mismo motivo en el año 2024

En esa ocasión, las voces en contra fueron mucho más ruidosas. Un nazareno portando un botellín de cerveza: "para mí el nazareno era simplemente una alegoría del anonimato, a esa persona que podría ser cualquiera y que está ahí con su botellín, que al final es lo que hacemos todos durante la Cuaresma", explica el autor.

Tantos seguidores como detractores para un autor que tira de humor y realidad para mostrar lo que también hay detrás de la fe, de la devoción y de la Cuaresma.

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